El precio de ser gobernado por un gobierno incompetente y negligente

El precio de ser gobernado por un gobierno incompetente y negligente

El Gobierno nos miente continuamente, nos toma el pelo, se ríe de nosotros… y lo que es peor: por su negligencia e incapacidad, están muriendo nuestros seres queridos. La falta de sensibilidad demostrada en algo que pudiera parecer nimio, al sacrificar a un perro, un perro para ellos, pero un hijo para sus amos, se agrava cuando dicha falta de sensibilidad es acompañada, una vez más, de la mentira, de la manipulación.

El Gobierno es en todo caso el máximo responsable de la situación del país, sobre todo cuando ésta se debe a su ineficacia, a su negligencia y a su incapacidad para gobernar con coherencia.

Hemos asistido a una pésima organización y actuación en diversos temas: los recortes en la atención sanitaria, en las atenciones a los más desvalidos, en las ayudas a los que ya no poseen nada de nada, en los derechos sociales conseguidos durante décadas con la sangre de nuestros padres… en definitiva, nos han robado el alma.

Y ahora viene la epidemia del Ébola… Un tema tan polémico, complicado y difícil de tratar, se ha tratado como si se tratase de una indigestión por ingerir alimentos en mal estado. Por culpa de una mala praxis, de una inexistente planificación, de una cadena de errores que podrían haberse evitado con una mínima preparación y formación de los profesionales que deben atender a los posibles infectados de Ébola. Una enfermedad que no tenía por qué haber llegado hasta nuestro país, si las cosas se hubiesen hecho bien. Es decir, si los máximos responsables, Presidente del Gobierno, Ministra de Sanidad y los respectivos responsables máximos de sanidad hubiesen actuado convenientemente, de acuerdo a la gravedad de la situación.

Y claro, ahora toca pagar las consecuencias… consecuencias que no van a pagar ni el Sr. Presidente del Gobierno, ni la Sra. Ministra, ni los máximos responsables de sanidad. Consecuencia que vamos a pagar los de siempre, los de a pie, los que no estamos aforados, ni tenemos pensiones vitalicias, ni cargos de “asesores de Comunidades autónomas”, ni miembros de consejos de administración de grandes empresas multinacionales, en definitiva, los que sólo contamos con el apoyo de aquellos que, como nosotros, los de a pie, están dispuestos a apoyar solidariamente al desvalido, los que están dispuestos a protestar y a exigir justicia y derechos sociales… y aun así, son pocos.

En este estado de cosas, asistimos a escandalosas situaciones de negligencia, cuyos principales responsables son los mismos que nos “gobiernan”. Sirva como ejemplo el engaño al que ha sido sometido Javier Linón Romero, esposo de la auxiliar de enfermería Teresa Romero Ramos, contagiada por Ébola, la cual se encuentra ingresada en el hospital, a quien se le ha ingresado como medida de cuarentena a fin de comprobar si está contagiado. A tal efecto, a Javier Linón, se le aseguró que su perro “Excalibur”, iba a ser bien tratado, llevado a una residencia canina y estar en cuarentena hasta asegurarse de que no tiene el virus del Ébola. Fue así como Javier accedió a ser ingresado en el hospital, dejando a su perro en su casa, con agua y alimentos suficientes para una larga temporada o hasta que los responsables se hicieran cargo del mismo, tal como le aseguraron, según informó el propio Javier Linón a los medios.

Pero ahora resulta que, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, ha decretado mediante una orden judicial sacrificar a ‘Excalibur’, puesto que Javier Linón Romero, se oponía a que su perro fuera sacrificado.

A pesar de las iniciales promesas a Javier Linón, sobre el buen trato que iba a recibir su perro Excalibur, la Consejería de Sanidad, ha emitido la resolución ratificada por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Madrid, procediendo a sacrificar a Excalibur en el día de hoy 7 de octubre de 2014.

Javier Linón, visiblemente entristecido, ha comunicado a los medios: “Nos ofrecieron llevarle a una clínica […] para hacerle analíticas y seguir el protocolo, pero en principio no hay contagio de personas a animales ni de animales a personas… Y ahora me llama Zarco [Julio Zarco, director general de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid] y me dice que hay que sacrificar al perro sí o sí, que si le doy mi autorización. Y le he dicho: ‘Mi autorización no la tienes'”.

“Me han dicho que si no les doy mi autorización, van a pedir una orden judicial y van a entrar en casa por la fuerza para sacrificar al perro”, aseguraba.

Ahora sólo cabe esperar que los responsables no nos sigan mintiendo, engañando y manipulando, que pongan todos los medios, todos, al alcance de la población, para que la epidemia pueda ser controlada, y que los ineptos y negligentes políticos dimitan de sus cargos y dejen que otros más capaces que ellos, intenten arreglar todo lo que han estropeado y siguen destrozando.

Sr. Presidente Mariano Rajoy, dimita, si le queda algo de dignidad. Y de paso, llévese con Ud. a todo su equipo.

© 2014 – José Luis Giménez

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