EE.UU y Unión Europea no entienden la representación rusa

EE.UU y Unión Europea no entienden la representación rusa

“Las sanciones procedidas de la subida de tensiones entre Rusia y EE.UU más aliados, han fortalecido al Gobierno de Moscú y dejan ver que los políticos de esta parte del mundo prefieren los intereses económicos a otras consideraciones mucho más importantes que aquejan hoy en día al mundo y sus habitantes”. Camilo Martiano

Las sanciones que EE.UU y sus aliados han impuesto contra el Gobierno de Moscú precisan recordar el ampliamente olvidado factor del carácter nacional ruso. Hurgando un poco la historia sobre la época de algunos políticos que tuvieron cierta influencia y por demás destacados en algunos ámbitos, tal son los casos de: Otto von Bismarck (1) y Klemens von Metternich (2), estos siempre tenían en cuenta este factor (defender lo interno). Sin embargo, muchos políticos de nuestra época se mueven en un nivel mucho más bajo y sus movimientos sobre la geopolítica son mucho más arcaicos, cabe precisar no es el caso Ruso entre estos países que están en la propuesta de un nuevo rumbo, para un mundo mejor.

Como sus ascendientes, ellos reflexionan que los intereses económicos son significativos, pero los argumentos de carácter nacional se les antojan como algo completamente considerable en el mundo actual. Como corolario, cometen muchos errores y equivocaciones que no hacen más que desmejorar la situación.

Occidente en su mayoría lleva mucho tiempo tratando de comprender la escritura política rusa. Por ejemplo, muchos analistas han manifestado que el pueblo ruso opta por un Estado fuertemente centralizado a las libertades propias. Otros incluso mencionan cierto “tipo psicológico moscovita”, caracterizado por una dura resistencia, el conservadurismo y un enfoque del mundo marcado por la fe y creencias ortodoxas rusas.

Esta es una creencia bastante debatida, entre otras cosas porque ignora por completo la experiencia histórica de Rusia con la democracia. Los rusos han escogido a príncipes, zares y presidentes. Las tierras rusas se han visto revueltas por tres revoluciones y numerosos levantamientos motivados por un intenso deseo de libertad. Por esta razón, parece inconsistente declarar que los rusos aman o valoran menos la libertad que otros pueblos.

No obstante, algunos mecanismos de esta creencia se acercan a la realidad. Muchos destacan que para poder mantener y defender el extenso territorio de Rusia, desde la región del Báltico hasta el océano Pacífico, el pueblo  ruso ha necesitado siempre un Estado fuerte y un líder fuerte, y han tenido que mostrar una “gallardía y resistencia excepcional” en sus propias vidas, lo que ha significado a lo largo de los siglos duras condiciones, las que  les ha servido para la supervivencia y por ello han moldeado el carácter actual.

Siguiendo algunos documentales y escritos encontré que: Los rusos adoran criticarse entre ellos, a las autoridades y a su enorme Estado, y curiosamente odian que los extranjeros los critiquen. Puede que sea una visual incorrecta: posiblemente los extranjeros son más objetivos por naturaleza. Pero, aunque se equivoquen, ellos son así, y lo que más repudian los rusos es que les presionen fuerzas foráneas. Creo sea  este el mejor modo de movilizar a cualquier pueblo, y de llamarlos a la unidad para luchar contra el oponente. Así lo demuestra parte de la historia que para los rusos las fuerzas extranjeras no pueden hablar mal de ellos, muchos menos actuar en contra de ellos.

Además, mientras los occidentales adiestran a operar acciones según en el marco legal claramente definido por Washington y compañía, los rusos sintonizan bien la frecuencia de la justicia. Por eso a la mayoría de los rusos les preocupa defender su territorio que puede ser invadido injustamente. De esa cuenta Crimea retornó mediante referéndum a Rusia y por consiguiente vendrán creo los demás. Por otro lado Occidente y sus aliados tratan de desvirtuar mediáticamente este esfuerzo de defensa, criminalizando la defensa del territorio ruso.

Los diplomáticos y políticos rusos, en virtud de las obligaciones que les merecen sus trabajos, están dispuestos a debatir este tema, aunque una minoría respetable se opondrá a aceptar a Crimea, una aplastante mayoría de  rusos se limitaría a afirmar que la anexión de Crimea ha sido una cuestión de restablecimiento de la justicia histórica. La autodeterminación de los pueblos está dentro del marco Legal de Los derechos Fundamentales del ser Humano. Para nuestro Continente es valedero que México le reclame a los gringos lo usurpado, Guatemala a México e Inglaterra y Argentina obviamente a la misma Inglaterra. Es cuestión de revisar los acuerdos y tratados y bajo que condiciones, circunstancias y demás fueron aceptados o impuestos. Recientemente me ilustré referente a la República de La Florida, usurpada por la Nueva Inglaterra, es decir por los gringos. En el año de 1816 Simón Bolívar dio la Independencia al hoy mal llamado Estado de la Florida. Por ello los rusos actúan defendiendo la justicia y por justa razón Crimea y demás volverán a ser parte de Rusia.

Además las sanciones son tan poco eficaces contra el carácter y la mentalidad rusa. Si el objetivo de las sanciones es forzar al país para que cambie sus políticas interna y externa, creo no lo conseguirán así. Si el objetivo es debilitar la posición del presidente Vladímir Putin en su país, también fracasarán. Esto sólo será cuando el pueblo ruso decida por sí mismo que está harto de Putin, entonces su mandato llegará a su fin, no antes, y mucho menos debido a ninguna presión desde Occidente.

De hecho, una encuesta realizada recientemente por el Centro Levada ha mostrado que mientras en septiembre un 60% de los rusos se sentían afectados por las sanciones impuestas por occidente, en noviembre este porcentaje se reducía hasta el 47%. Curiosamente, un 80% de los encuestados también señalaba como principales preocupaciones las incoherencias de los occidentales, sin poder entender que si es necesario apretarse el cinturón, los rusos lo harán sin ningún apuro. Esto es parte de lo que son capaces los rusos.

¡Más bien es Occidente quien no entiende como decíamos! Los rusos se lo toman todo con calma: “Sí, la vida se ha vuelto más complicada”, dicen, “pero sobreviviremos”. No es nada nuevo para los rusos tener que apretarse el cinturón y superar los problemas con unos cuantos sacos más de papas y un tarro o dos más de pepinos de los jardines de sus casas. 

Un chiste popular cuenta que un extranjero caminando por las calles heladas y cubiertas de nieve en Moscú se encuentra con un chico comiendo con deleite un cono de helado. “Ahora veo que esta gente es realmente invencible”, comenta el extranjero. Supongo que captan la idea.

Evidentemente, no intento hacer creer que los rusos sean perfectos ni que siempre tengan la razón. Lo que sugiero es que los políticos occidentales deberían recordar lo que sus antiguos predecesores sabían: es decir, que se quiera o no, Occidente debe encontrar un modo de coexistir en este planeta con Rusia y con el carácter ruso. El cielo es azul, el agua es húmeda, Rusia es enorme y los rusos son como son.

Por ello Bismarck advertía a sus compatriotas: “Dios no lo quiera, ‘Drang nach Osten!’”, es decir, no es posible una expansión hacia el este, hacia las tierras eslavas. Los líderes de hoy en día harían bien en recordar este sabio consejo ofrecido por el abuelo de la diplomacia alemana.

Incluso si las sanciones consiguen despertar a Rusia, fracasarán en sus objetivos principales. Y lo que es más importante, causarán grandes daños a aquellos que las imponen. Dudo seriamente que los votantes europeos reelijan a los líderes que les han apartado del suculento mercado ruso y han propiciado una nueva versión de la guerra fría.

La única solución es alcanzar un compromiso. Los rusos tienen mucha voluntad y un carácter muy fuerte, pero no desean problemas innecesarios. Si es necesario, pueden soportar grandes dificultades, pero no son masoquistas. Esperemos que con este aporte Latinoamérica no se deje sorprender por las enjundias occidentales y que unidos podamos entender que los rusos para nada son mala inversión. Al contrario se puede llegar a estupendos negocios con ese mercado toda vez los gobiernos se quiten el miedo y logren defender los intereses de los mercados propios. Hablo estrictamente de Centroamérica, el resto ya dio un buen paso, queda avanzar y trabajar hacia el nuevo orden socio-político, económico comercial y porque no cultural que presentan estas economías emergentes. Saludos.

Notas

(1)     Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen, Príncipe de Bismarck y Duque de Lauenburg conocido como Otto von Bismarck, fue un estadista, burócrata, militar, político y prosista alemán, considerado el fundador del Estado alemán moderno. Durante sus últimos años de vida se le apodó el «Canciller de Hierro» por su determinación y mano dura en la gestión de todo lo relacionado con su país,n. 1 que incluía la creación de un sistema de alianzas internacionales que aseguraran la supremacía de Alemania, conocido como el ReichWikipedia.com

(2)     Clemente Wenceslao Lotario de Metternich, I conde y luego príncipe de Metternich-Winneburg (en alemán: Klemens Wenzel Lothar von Metternich; Coblenza, 15 de mayo de 1773  Viena, 11 de junio de 18591 ) fue un político, estadista y diplomático austríaco, que sirvió durante 27 años como Ministro de Asuntos Exteriores del Imperio Austriaco, además de ejercer en simultáneo como el primer 1.º Primer Ministro del Imperio Austriaco desde 1821, momento en que se creó el cargo, hasta la venida de las Revoluciones de 1848. Fue el archienemigo de Napoleón.

Los comentarios están cerrados.