El éxodo de los musulmanes en el África central

El éxodo de los musulmanes en el África central

Huyen sin mirar atrás y van a los países que no conocen, Chad y Camerún. Huyen el odio y los machetes. África central está experimentando la peor “limpieza étnica” en su historia. El país sacudido desde la independencia en 1960 por una multitud de rebeliones y golpes de Estado, nunca había experimentado una tal hemorragia de su población sobre cuestiones religiosas.

Este éxodo forzado incluía por lo menos 10.000 personas, dijo Peter Bouckaert de Human Right Watch. “Toda la población musulmana de Mbaiki”, una ciudad 100 kilómetros al sur de Bangui, se dirigía a Chad. Muchos de los vehículos se averiaron cuando aún estaban en Bangui, Bouckaert informó. Añadió también que las tropas de la fuerza MISCA Africana (Misión Internacional de la Seguridad en República Centroafricana) abrieron fuego contra civiles que amenazaban y arrojaban piedras a contra el convoy. Pero de lo menos sorprendente, un refugiado fue linchado y mutilado cuando se cayó de un camión, el cuello, el pene, los pies y las manos cortados.

El nivel de violencia en Bangui en este momento es tan intenso. No hay seguridad real en el país. La intervención militar no ha logrado detener el derramamiento de sangre. La República Centroafricana es un país predominantemente cristiano, con una población musulmana importante en el norte cerca de la frontera con Sudán y Chad, y en las zonas urbanas en el sur.

En la primavera de 2013, una alianza de grupos rebeldes musulmanes del norte, conocido como Seleka, unido para derrocar al presidente de una década. La población cristiana empezó a odiar a ese grupo después de que los combatientes fueran en juergas de saqueo, violación y asesinato de civiles al azar. Un movimiento cristiano armado conocido como el anti-Balaka, comenzó represalias varios meses después.

El Parlamento de la República Centroafricana eligió al alcalde de Bangui, como presidente interino el lunes, Las fuerzas de paz de las Naciones Unidas dijeron. Catalina Samba-Panza, ahora elegida, se encargará de poner fin a la agitación y violencia sectaria que está destrozando este país.

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