‘La Sexta Columna’, nuevo areópago para jalear a Pablo Iglesias

‘La Sexta Columna’, nuevo areópago para jalear a Pablo Iglesias

Programa de reportajes e investigación que cada semana busca tratar en profundidad alguno de los temas más candentes de la actualidad.

Se le concede un excesivo protagonismo a Pablo Iglesias de Podemos en La Sexta, un indigente convertido en político. Un teórico que no ha llegado a concejal de aldea. En su última y larga entrevista afirmó que los medios de comunicación están en manos de los ricos –el duopolio informativo- por lo tanto la información está mediatizada y aseveró “si mañana el director te dice que no hagas mas entrevistas a Pablo Iglesias, me eliminarías inmediatamente”. Dijo que si ganara las elecciones, con mayoría absoluta, eliminaría el apoyo económico a los colegios concertados y crearía mas colegios públicos. Eliminaría, inmediatamente, la educación diferenciada. Por último dijo que modificará todas las leyes que sean necesarias. Todo ello provocaría una revuelta social que se podría convertir, con el tiempo, en una nueva guerra civil. No se puede votar a Podemos.

Después de convertir a Salvados, de Jordi Évole, en uno de sus grandes estandartes, La Sexta pretende seguir apostando por el reportaje de actualidad con este programa semanal presentado por Antonio García Ferreras, director del canal y rostro visible del espacio de debate “Al rojo vivo”. Producido por el equipo de informativos de la cadena, La “Sexta Columna” se alimenta de los principales debates y problemas políticos, sociales y económicos del país, para elaborar, a partir de ellos, documentos llamativos, implacables y muy directos que pretenden ser una radiografía de la realidad.

Sin embargo, la más que cuestionable personalidad informativa de la cadena aleja a uno de sus productos del mínimo rigor periodístico, y directamente lo convierte en una herramienta ideológica manipuladora y oportunista que impone como inapelables declaraciones e imágenes descontextualizadas, testimonios selectivos y medias verdades. De esta forma, cada entrega de “La Sexta Columna” se convierte en una pequeña campaña de acoso y derribo a políticas, ideas, creencias, instituciones y personas, que obvia con excesiva frecuencia la capacidad crítica y el criterio de la audiencia, y deja en nada las puntuales virtudes informativas del programa.

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