Periodistas con armaduras de plomo

Periodistas con armaduras de plomo

Hay temas que en México más que atención inmediata provocan polémica y reacciones defensivas que en nada ayudan para afrontar una de las problemáticas más agudas que evidencian el nivel de inseguridad que se vive en el país: Los asesinatos de periodistas.

Las estadísticas de 2019 indican que a la fecha son seis comunicadores los que han perdido la vida como resultado de ataques directos ligados al ejercicio de su profesión.

Si bien en México existe un Sistema de Protección para periodistas, la efectividad del mismo se pone en tela de juicio y urgen modificaciones inmediatas con la finalidad de garantizar que las medidas de protección para los comunicadores realmente funcionen y no se trate sólo de un blindaje tibio.

Con el arribo del Presidente Andrés Manuel López Obrador, se esperaba contar con medidas más certeras que realmente dieran protección a los profesionales de la información, sin embargo, hasta ahora, el gobierno de México ha hecho mutis sobre la operatividad y efectividad de este Sistema creado para garantizar el libre ejercicio y protección a todos aquellos periodistas e informadores amenazados por las élites de poder o bien por los integrantes de grupos del Crimen Organizado.

La violencia que se vive en México se ha convertido en un tema que incomoda al actual gobierno López Obradorista que refuta las protestas con el argumento de haber “heredado” un escenario de crispación y enfrentamiento de la delincuencia organizada, situación que –dice- estalló e hizo crisis en el sexenio anterior.

La realidad es que el ejercicio del periodismo en México presenta un nivel de peligrosidad donde no hay condiciones de seguridad para que los comunicadores realicen su trabajo con garantías personales y laborales.

Son varias las organizaciones no gubernamentales que han levantado la voz sobre la urgencia para que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador pueda revisar el funcionamiento de este mecanismo que está fallando en la protección a periodistas.

Los medios de comunicación en México también enfrentan un fenómeno de desconfianza frente a la sociedad, desde donde son vinculados con actos de corrupción o venta de información que se traduce en ataques dirigidos a personajes específicos.

El periodismo independiente sobrevive con dificultad, sin embargo, es posible ver, leer o escuchar las investigaciones de muchos profesionales que ventilan temas no sólo de violencia e inseguridad, sino fundamentalmente de los ligas y nexos de la corrupción entre delincuentes y esferas de poder.

Actualmente, no hay una zona en México que se considere segura para ejercer la profesión. En el norte, Baja California, Sinaloa, Tamaulipas; en el bajío Guanajuato y Michoacán; en el centro Estado de México, Puebla y hacia el sureste Veracruz y Quintana Roo son regiones cooptadas por la delincuencia organizada así como por los cacicazgos y grupos de poder que mantienen constantemente amedrentados a los comunicadores.

Periodistas asesinados en México durante 2019:

  • Rafael Murúa Manríquez fue ejecutado en enero en Baja California Sur. Trabajaba en el Diario Independiente.
  • Jesús Ramos Rodríguez fue asesinado en febrero en el municipio Emiliano Zapata, Tabasco. Trabajaba el noticiario local Nuestra Región.
  • Reynaldo López Salas fue asesinado en febrero en Hermosillo, Sonora. Era locutor de radio y productor de televisión.
  • Santiago Barroso Alfaro ultimado en marzo en Sonora. Trabajaba en el Seminario Contraseña.
  • Telésforo Santiago Enríquez asesinado el 3 de mayo en Oaxaca. Dirigía el Programa de Radio El Cafetal.
  • Francisco Romero, ejecutado el pasado jueves 16 de mayo en Playa del Carmen. Trabajaba en el Seminario Playa News.

Los periodistas mexicanos exigen nuevos mecanismos de protección, pues tal parece que las cifras de este 2019 reflejan un blindaje pero de plomo.

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