Máquinas, paro y Bruselas

Máquinas, paro y Bruselas

Que el Gobierno reconozca que va a empeorar en los próximos años la tasa de paro es algo que pone en entredicho su política económica. Si a ello se une un menor crecimiento del PIB, etc., parece que las esperanzas de recuperación respecto a la crisis se volatilizan en el ambiente.

La Comisión Europea dirige aspectos muy relevantes de la política económica española, y no considero que sea lo más apropiado, porque las características especiales del tejido productivo y empresarial español, son asunto que incumbe, fundamentalmente, a los gobernantes que son los representantes políticos de los españoles.

También dice, el lingüista y filósofo norteamericano Noam Chomsky, en una reciente entrevista, que los países europeos y, concretamente, España están gobernados por Bruselas. La autonomía de los países que componen la Unión Europea considero que no debería estar  sujeta  a las condiciones impuestas por las decisiones de los organismos comunitarios.

Si a esto se añade que, según los expertos, las máquinas mandarán al paro a un tercio de los empleados en los próximos veinte años, la situación social se complicará hasta niveles increíbles. A no ser, que se busque transitar por nuevos modelos económicos que, dejen a un lado, las agresivas propuestas y planteamientos de un capitalismo global depredador.Una economía sostenible y solidaria sería lo deseable, tanto para el presente como para el futuro.

Según Klososky, «No se trata  de que una empresa  despida a todos sus empleados y los cambie por robots».  Aunque se está investigando para dotar a los robots humanoides de inteligencia emocional, todavía no se ha logrado de un modo completo. Y aunque en un futuro se consiguiera estoy convencido que la capacidad humana de sentir emociones será siempre muy superior, porque la cognición humana es una inteligencia sentiente, con todo lo que esto representa. De todos modos, es cierto que pueden convivir, perfectamente, las máquinas y la creatividad de las personas en el ámbito laboral. Pero lo fundamental, a mi juicio, es el factor humano, por numerosas razones.

En lo referido a la situación política española, en estos momentos, tampoco las perspectivas son positivas, precisamente, si se piensa en ciertas declaraciones políticas de estos días. Por ejemplo, que Rivera hable, a estas alturas, de que se puede intentar un Gobierno presidido por una persona de consenso parece, como mínimo, sorprendente. Un independiente como presidente del Ejecutivo parce algo extremadamente improbable, si se analizan las frustradas negociaciones entre los partidos, que han sido objeto de acerada crítica también en el Congreso, por un actor que representaba a Cervantes, en tono humorístico.

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