Grecia se encamina hacia un acuerdo de último momento sobre la deuda; las reacciones internas son diversas

Grecia se encamina hacia un acuerdo de último momento sobre la deuda; las reacciones internas son diversas

Luego de que una reunión cumbre extraordinaria de la zona del euro, sobre el tema de la deuda griega, terminara el lunes en Bruselas sin conclusiones claras, Grecia y sus acreedores internacionales estuvieron trabados el martes en continuas deliberaciones, en una carrera para finalizar un acuerdo sobre la deuda para la nueva reunión de emergencia del Eurogrupo del miércoles.

Las medidas de consolidación fiscal y reformas por valor de 8 mil millones de euros (9 mil millones de dólares estadounidenses) que Atenas puso sobre la mesa el lunes, en el tramo final, luego de cinco meses de negociaciones, puede prevenir la amenaza de una bancarrota que se avecina y una posible salida de Grecia de la Unión Europea, pero al primer ministro griego, Alexis Tsipras, le costará mucho hacer aprobar el acuerdo en el parlamento en los días venideros, hicieron notar medios locales y analistas.

La Bolsa de Valores de Atenas abrió el martes con índices de ganancia, reflejando una vez más la satisfacción de parte de la economía y sociedad griegas ante la perspectiva de cualquier arreglo que pueda evitar el incumplimiento. El índice general de precios subió un 2,6 por ciento, comparado con el lunes, cuando se había disparado un 9 por ciento. Sin embargo, la euforia de los mercados no se generalizó, debido al alto costo del acuerdo, y las diversas reacciones se vieron reflejadas el martes en las portadas de los diarios griegos.

“El camino está abierto. Un gran paso hacia una solución – el país se queda en la zona del euro”, se podía leer en el periódico  Imerisia (Diario). “Una catástrofe para las pequeñas empresas”, refutaba Dimokratia (Democracia). “El gobierno está muy cerca de un acuerdo con los acreedores… Las próximas 48 horas serán cruciales… Deberíamos tener un acuerdo dentro de la semana y pienso que estamos en buen camino” dijo el martes a los medios griegos el portavoz del gobierno, Gavriil Sakellaridis.

El tiempo se acaba; el 30 de junio expira la prórroga del segundo rescate, que las dos partes acordaron en febrero. También el 30 de junio, Grecia debe pagar una cuota de reembolso del préstamo de 1.6 mil millones de euros al Fondo Monetario Internacional. Con las arcas del estado griego casi vacías, será difícil evitar un evento crediticio, si no hay acuerdo. Sakellaridis dijo el martes que el acuerdo por la deuda, que traza los términos de la cooperación con los prestamistas, debería ser votado en el parlamento griego antes del 30 de junio, como lo pidieron los acreedores, antes de que sea desbloqueada cualquier financiación.

En un mensaje a los miembros del parlamento griego (MP), Sakellaridis defendió el conjunto de medidas dolorosas que Atenas se comprometió a implementar a cambio del desembolso de más ayuda, como un mal penoso pero necesario para superar la crisis. Sin embargo, el funcionario griego reconoció que la más reciente propuesta de Grecia, que prevé la recaudación de ingresos principalmente sobre la base de los aumentos de impuestos y de ahorros en el sistema de pensiones, no estaba muy cerca de la  postura política contra la austeridad del partido gobernante Syriza.

Los críticos de la propuesta dentro del mundo empresarial griego, de los partidos opositores, y de algunos miembros de Syriza, también refutaron la aseveración. Ellos argumentaron que las medidas propuestas llevarían de vuelta a Grecia al círculo vicioso de la recesión y prolongarían el sufrimiento del pueblo griego, si el gobierno no se asegura una clara respuesta de los acreedores sobre el tema de la reducción de la deuda y de un programa de fuerte crecimiento.

En medio de las crecientes reacciones internas que alimentaron los miedos de inestabilidad política, que podría hacer descarrilar todos los últimos esfuerzos para mantener a Grecia a flote, el martes Sakellaridis emitió una advertencia. Si los diputados y legisladores de Syriza del cogobernante partido de derecha Griegos Independientes no apoyan el acuerdo y el gobierno de cinco meses de antigüedad pierde la mayoría parlamentaria (Syriza actualmente cuenta con 160 escaños en el parlamento de 300 miembros), no habrá ninguna otra opción que convocar a elecciones anticipadas, subrayó él.

Mientras tanto, el líder del partido Griegos Independientes y ministro de Defensa, Panos Kammenos, dijo que no votará a favor de desechar un descuento del IVA del 30 por ciento, para las islas del mar Egeo. En comentarios a los medios locales, el vicepresidente del Parlamento y miembro del Parlamento  por Syriza, Alexis Mitropoulos, dijo que medidas “tan antisociales” no podían ser presentadas a la asamblea para su aprobación.

El legislador de Syriza Yannis Michelogiannakis también rechazó las propuestas como catastróficas, aseverando que un grupo de sus colegas de Syriza, miembros del Parlamento, compartían su visión. Por lo menos otros dos miembros del Parlamento por Syriza, el martes advirtieron públicamente que votarían por el rechazo.

El presidente de la Confederación Griega de Comercio y Empresariado (CGCE), Vassilis Korkidis, advirtió que una suba propuesta del IVA en el sector de servicios alimenticios, del 13 por ciento al 23 por ciento, combinada con un incremento en la tasa de solidaridad sobre los hogares que ganen por encima de 30.000 euros por año y de otros pagos indirectos y recortes jubilatorios, sería una carga insoportable para las pequeñas empresas y los hogares. El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Atenas, Constantinos Michalos, agregó que un incremento planeado del impuesto corporativo, del 26 por ciento al 29 por ciento, a partir del 2016 para las compañías con ganancias de por lo menos 100.000 euros anuales llevará a más cierres de empresas.

Resumiendo el clima en Atenas, un comentario editorial en el periódico Vima (Tribuna) del martes, decía: “Tal y como resultó ser, después de casi cinco meses desperdiciados en una interminable pulseada con nuestros socios, la posición negociadora del gobierno no mejoró, más bien aumentó el costo del acuerdo… Sin embargo, tiene que estar claro, que cualquier otra opción sería catastrófica”.

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