Resultaron ser las mejores “adelitas” amordazadas y pulverizadas por la mano patriarcal de su mesías: El Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aquellas que en la campaña presidencial, dijeron haber roto estereotipos, se acercaban a mujeres víctimas de violencia, estrechaban manos, prometían y hablaban de equidad, feminismo, sororidad. Ahora están calladas y hundidas en el silencio cómplice que evidencia lo que el poder desde las cúpulas es capaz de maniobrar para meter al orden a sus propias militantes y simpatizantes, “las morenas”.
La primera pregunta que viene a mi mente es ¿dónde quedó la primera feminista de este país? La misma que en reuniones con mujeres regiomontanas prometía escuchar y abrir los canales de comunicación para las mujeres en México?
¿Dónde está esa figura que en su primer discursos de campaña dijo que en este país, no habría Primera Dama porque en México no habría mujeres de primera y de segunda.
Hoy Beatriz Gutiérrez se ampara en los silencios de sus libros e historias. Mira al costado en la comodidad de un limbo desde donde ataca a los medios, descalifica a sus críticos o exige la censura en redes sociales cuando se trata de frenar las embestidas y opiniones encontradas sobre su desempeño.
La invisibilidad de la violencia de género en México alcanza sus máximos niveles cuando el mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador descalifica las protestas de mujeres que le exigen #FrenarElPacto y escuchar las voces de protesta ante el riesgo de que un violentador llegue a ser gobernador de Guerrero.
Las morenas se diluyeron frente al propio patriarcado de su Presidente.
¿Dónde está la aguerrida Tatiana Clouthier que hoy forma parte de las mujeres del gabinete?
¿Dónde quedó el activismo aguerrido de una mujer como Luisa María Alcalá que defendía desde la tribuna legislativa la lucha por la igualdad de género?
Y si buscamos a la estrafalaria Jesusa Rodríguez tampoco la encontraremos porque se halla defendiendo los derechos de los animales, pero a las de su género prefiere ignorarlas.
En Puebla ¿dónde están las morenas de cepa? La primera feminista de la ciudad, Claudia Rivera prefiere ignorar el tema para evitar pasar a raspar a su progenitora Eloísa Vivanco, que preside la Comisión de Honor y Justicia en Morena.
Algunos chispazos de inconformidad se han dado desde las voces de las senadoras Citlalli Hernández y Malú Micher y un desplegado de sólo 500 mujeres morenistas que tendrían que hablar y gritar para sumar a las miles que se dicen de esa izquierda combativa que decidieron auto silenciarse.
En Iguala, Guerrero, tierra caliente donde la violencia se palpa, se siente, se respira, se tiran apuestas para la resolución que en los próximos días, tendrá un gran significado para el futuro político del “Toro de lidia” llamado Félix Salgado Macedonio.
Pocos analizan de fondo, la decisión de la Comisión Nacional de Honor y Justicia de Morena donde su Presidenta Eloísa Vivanco dio a conocer que se repondrá el proceso de selección de candidato a la gubernatura de Guerrero.
Sin embargo, en el comunicado, Vivanco llamó “agraviado” a Macedonio y calificó de “infundados” los agravios que pesan en su contra.
Con estos señalamientos, en los corrillos de la política morenista aseguran que Félix se saldrá con la suya, lo que suena muy arriesgado ante la confrontación interna que ya se vive en el partido del Presidente a causa de este escándalo que no es sólo interno, sino social, por involucrar serias acusaciones de violaciones y abusos.
Estas son las voces de las morenas en México, mujeres que ojalá se atrevan a romper los pactos y no doblen los brazos frente al poder de un gobierno que ha hecho de la misoginia, una nueva forma de mirar a la política de género en el país.
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