Con cada final de año es costumbre escuchar las proyecciones económicas y algunas predicciones astrológicas que suelen hacerse y que se prevé acontecerán al siguiente año, fuera de eso es sabido que cada año trae sus propios afanes. Probablemente nadie previó y menos proyectó lo que nos traería el 2020. Comenzó el año y se nos hacía largo el mes de enero, ciertamente lo fue, no precisamente porque tuvieras más días, si por la cantidad de eventos desfavorables que sacudieron a la humanidad.
Cuando creíamos haberlo superado, gracias a que febrero se fue volando, nos sorprendió marzo, y de qué manera lo ha hecho. Nos llegó un visitante para el cual no estábamos preparado y que ha dejado al descubierto las precarias condiciones de nuestros sistemas de salud a nivel general. Este visitante que originalmente se establece en Wuhan, China, y que ha sido huésped en otros tantos países, donde probablemente igual que República Dominicana no pensaron les tocaría una visita inesperada, pero avisada. El dominicano pone candado después que le roban, es un dicho popular de mi país y ciertamente, se puso candado después que nos robaron. Ya que las medidas de cierre de fronteras y otras se hizo días después de darse a conocer el primer caso importado de Coronavirus el día 1 de marzo.
Hoy es el día número 12 de la cuarentena y 11 del toque de quedó decretado por el gobierno de mi país, convirtiendo el 19/3 en el día que nos cambió la vida. Al igual que otros países esta es una de las muchas medidas adoptadas por los gobiernos a fin de frenar la propagación del Covid-19 (Coronavirus), con la campaña #quédateencasa se busca concienciar a la ciudadanía que esta es la mejor manera de evitar el contagio y frenar la curva de contagios.
Estos últimos días han producido miles de noticias sobre la pandemia desatada y que ha puesto al mundo de rodillas frente a algo que no se ve, pero que se ha dejado sentir. Su fuerza ha sido de tal magnitud que ha logrado quebrar economías, parar países y doblegar poblaciones. La humanidad y los líderes mundiales no estaban preparados para lo que se les venía encima, es que durante mucho tiempo nos enfocamos, quizás, en todo aquello que creíamos era realmente importante para nuestras vidas.
Del virus conozco lo mismo que de energía nuclear. De lo que si conozco es la resiliencia del ser humano, y estoy segura que la sensatez de la humanidad en sentido general, jugará un papel determinante en frenar la propagación del virus en todos los países.
También entiendo, que, de haberse tomado las medidas necesarias en tiempo, muchos países como Italia, España y República Dominicana, las cifras que se manejan a la fecha probablemente fueran inferiores. Pero como dice un viejo refrán muy populares por estos lados, ‘’nunca es tarde si la dicha es buena’’, vamos a tener fe que no haya sido tarde para que la dicha esté de nuestro lado y airosos de esta situación.
Definivamente, este acontecimiento nos obliga a todos a comprometernos con las acciones y a cumplir las medidas que emiten los gobiernos en busca de mitigar el impacto del Coronavirus (COVID-19). De manera personal, esto ha representado para mí un gran reto, he tenido que conjugar los roles que usualmente están separados por tiempo, espacios y que son la cotidianidad, todo en un solo lugar, mi casa.
Al igual que yo, millones de personas alrededor del mundo ha visto como su estilo de vida les ha cambiado en un abrir y cerrar de ojos, confinándonos a todos a cuatro paredes las 24 horas del día. Sin embargo, pienso, esto nos ha servido para acercarnos más en el hogar y con la familia que convivimos, nos ha ayudado a comprender el sacrificio de los maestros con nuestros hijos, a desarrollar nuevas formas de trabajo, a modificar paradigmas, a valorar lo que verdaderamente es importante.
Hoy probablemente no nos gusten las medidas adoptadas por nuestros gobiernos, pero es en parte, la garantía de ganar esta batalla, de salir vencedores y de mañana poder decir que somos parte de los que logramos resurgir de esta situación más fortalecidos, sobre todo, siendo mejores seres humanos, consciente de que no somos infalibles, y que la vida nos puede cambiar cuando menos lo esperamos. Dicen que lo que no te mata de hace más fuerte y eso es precisamente lo que espero salga de este evento mundial.
‘’Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia’’, esta es una frase atribuida a Albert Einstein. Definivamente, la actual crisis es la oportunidad que tenemos los seres humanos de demostrar de lo que somos capaces cuando nos unimos en un solo propósito y sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Por nuestro bien, el de nuestras familias y evitar el colapso de nuestros sistemas de salud, quedémonos en casa.
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