Hay que reflexionar porqué muchas personas no ejercen felices sus respectivos trabajos, del porqué mucha gente que tiene una estabilidad financiera se llega a suicidar o entra en vicios como la drogadicción y el alcoholismo. Desde que uno logra salir del bachillerato tiene una idea general a qué se quiere dedicar en la vida con todo lo que eso implica: burlas y rechazos o aceptaciones y apoyos.
En el caso de la adolescencia que es un cambio de emociones totalmente impredecible, unos quieren ser sacerdotes, otros doctores, ingenieros, mecánicos, cocineros, entre otras profesiones. Es en la adolescencia en donde empiezan las primeras bases vocacionales dependiendo en el contexto en donde y cómo hemos crecido.
La vocación sin buscar una definición larga y aburrida es una profesión o dedicarse a algo que nos llena, que no hace felices y poder hacer felices a los demás, hay ejemplos muy reales: profesores que son pagados con un salario mínimo lo hacen con pasión, se preocupan por enseñar desde el corazón, están aquellos paramédicos que posiblemente no se ven en las grandes oficinas burocráticas de la salud pero son los primeros en ofrecer sus servicios de forma desinteresada cuando una emergencia natural ocurre.
Siempre con felicidad recuerdo y lo comparto que cuando en Guatemala estuve almorzando en un restaurante de la zona más concurrida de la Ciudad de Guatemala, en un momento dado se me acercó un niño quizás de 11 años, zapatero no de profesión pero si de corazón y voluntad, dejó mis zapatos rechinando de limpio a decir verdad, limpio totalmente y un valor muy barato para lo que había el trabajado en mi calzado.
Debemos descubrir tal como dijo recientemente el Papa Francisco a qué nos llama Dios, discernir sobre ello, escuchar cuál es la voz de Dios, qué quiere el que yo haga.
En la vida religiosa, hay una enorme esperanza de las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras, mucha gente joven quiere tener un matrimonio con Dios porque muy pocos llegan a comprender que la vida religiosa es una entrega completa en cuerpo y alma hacia las personas pero sobre todo a los mandamientos celestiales.
El problema general de muchos países incluyendo los nuestros es que se atiende sugerencias de nuestros padres para una carrera universitaria, otras veces por conveniencias económicas y de bienestar financiero, otras veces se toma un empleo para matar el tiempo, pero muy pocas veces se escuchan testimonios de personas que hacen su labor, exactamente lo que han estudiado en la universidad y lo que siempre han querido ser.
La solución ante esta problemática es el poder de decisión y hacer las actividades con toda la disposición del mundo, poder compartir nuestras habilidades con los demás, la primera vocación a la que debemos aspirar es ser buenos ciudadanos, esa es la primera, luego ser buenos profesionales en todos los aspectos que a esto llama.
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