Chile y Argentina firmaron en Buenos Aires este viernes un acuerdo de integración en materia energética. La firma correspondió al ministro de Energía chileno, Máximo Pacheco, y al ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de Argentina, Julio De Vido.
Según el documento, ambas partes se comprometen a trabajar en distintas materias, incluyendo el intercambio de gas y electricidad, sobre todo en situaciones de emergencia.
Asimismo, se destaca que “ya existe una infraestructura de integración entre ambos países, tanto en energía eléctrica como en gas natural, lo que permite hacer posibles los intercambios de energía y el apoyo ante situaciones de emergencia”.
“Para Chile es importante continuar desarrollando todas las oportunidades de integración regional y la firma de este acuerdo forma parte de los esfuerzos que estamos haciendo en materia energética, tanto en electricidad como en gas”, dijo el ministro Pacheco.
El pacto apunta a intercambiar gas molécula por molécula, no a través de contratos de compra y venta, como se hizo en el pasado, sino por sistema de trueque.
Ambos ministros ya instruyeron a sus equipos técnicos a iniciar el proceso, que parte por una autorización de Enargas a Gasandes para implementar las operaciones técnicas que permitan el intercambio.
Además, busca promover actividades conjuntas en el territorio de ambos países para ampliar la capacidad de producción de gas natural entre ENAP e YPF. El instrumento establece también un posible intercambio de energía eléctrica en las modalidades de “emergencia” y “oportunidad”.
El intercambio de energía eléctrica entre Argentina y Chile tendría carácter excepcional, por lo que sólo podrá ser realizado si no pone en riesgo la seguridad electro-energética de ninguno de los países.
En la década del noventa Argentina bajo el gobierno de Carlos Menem firmó acuerdos de suministro sostenido de gas natural a Chile, dada la abundancia del combustible y las necesidades de la industria minera chilena.
Empero tras la crisis argentina de 2001/01 y el advenimiento del matrimonio Kirchner a la presidencia argentina, en un vuelco total de política y desconocimiento de contratos internacionales el nuevo gobierno privilegió el consumo doméstico, ocasionando un gravísimo daño de suministro a Chile.
En vista de estos antecedentes, recientes, ambos países ahora son más cautos en cuando a que firman y Chile sobretodo ha emprendido un masivo programa de generación eléctrica con otras fuentes (no argentinas) de suministro.
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