Puede parecer innecesario escribir sobre un enfoque positivo de la vida. Estoy convencido de que no es algo de importancia menor. La relativización de los problemas de la existencia es bueno para el equilibrio psicológico y la paz mental de cualquier persona.
En un mundo tan estresado y tan veloz parece que la tranquilidad, la serenidad, la calma y también la alegría y el optimismo son estados de ánimo difícilmente alcanzables por el común de los mortales. Pero no es así.
La utilización de afirmaciones positivas es algo muy útil para que los individuos refuercen su entusiasmo y su ilusión ante los retos que pueden lograr en el curso de su vida.
Todas las personas pueden pensar que tienen un gran futuro por delante del que podrán gozar. Es esencial pensar y actuar con optimismo. Y en esto influyen, entre otras cosas, los esquemas mentales que tenga cada sujeto.
Se entiende, por tanto, que lo más conveniente sea no preocuparse por todo, sacar fuerzas de flaqueza, esforzarse al máximo, etcétera. La empatía respecto a los demás también es algo claramente beneficioso.
La confianza y la autoestima son factores clave que aumentan el carisma de las personas y les impulsan a actuar y tomar decisiones con firmeza y energía, de tal forma, que hace que puedan triunfar en lo que se propongan.
Nadie es perfecto. El reconocimiento de que se aprende de los errores es también un aprendizaje muy valioso que aumenta el nivel de autoconfianza y autorrealización personal.
Por tanto, parece obvio que nunca hay que rendirse ante los obstáculos y los problemas de la vida. Tampoco es bueno ni positivo tener miedo al fracaso. Y tender a la inactividad es algo que puede generar muchos problemas y frustraciones, por numerosas razones.
Disponer de ambiciones y no ser conformista me parece que es lo mejor para una existencia más intensa y completa. Un cierto nivel de riesgo en los proyectos y de improvisación creo que son deseables en la actividad de los seres humanos.
Otro aspecto esencial es que cada sujeto tiene todo el derecho a ser lo que quiere ser, tanto si le parece bien a los demás como si no. Y esto se puede poner en conexión con que debemos ser nuestros mejores amigos. El afecto a uno mismo es fundamental.
Desdramatizar y relativizar muchas cuestiones es también un excelente procedimiento que proporciona bienestar psicológico. Sin tener miedo a nada está claro que la vida se hace más alegre y plena. La absoluta confianza en las posibilidades de uno mismo es algo básico para cualquier persona.
Y el sentido del humor también ayuda en un enfoque positivo de la existencia y refuerza la resistencia y la acción enérgica ante los inevitables problemas vitales.
La reflexión es también absolutamente necesaria para tomar decisiones acertadas sin caer en la precipitación que nos puede llevar al desastre. Porque es racional pensar que siempre existen nuevos caminos en la vida y nuevas alternativas. Cuidar del cuerpo y de la mente también es algo positivo por sí mismo.
Esforzarse en mejorar es posible y es lo que nos hará ser más y avanzar en el perfeccionamiento de nuestras habilidades y talentos y también en la consecución de irrefutables logros objetivos. Pensar de forma más estricta también es lo más conveniente. Analizando punto por punto las cosas como hacen, por ejemplo, los científicos y los filósofos.
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