La campaña política: el otro lado oscuro de Odebrecht poco analizado
La corrupción, al igual que el narcotráfico, es una de las formas más rápidas de enriquecimiento ilícito pero también es una de las actividades más arriesgadas. Odebrecht sabía muy bien esto y no vino al mundo del crimen organizado a improvisar. La compañía brasilera tenía muy claro su fin empresarial, pues en definitiva es el mismo objetivo de toda compañía: ¡hacer dinero!
La diferencia entre Odebrecht y otras compañías radica en que esta perdió todo escrúpulo a la hora de hacer negocios y expandir sus operaciones más allá de las fronteras de Brasil, pues de una forma ‘institucionalizada’, en la práctica se normalizó un esquema que permitía al fin justificar los medios. Pero, ¿cuáles eran esos medios?
Tras venir estudiando el caso país por país, llego a la conclusión de que los recursos y estrategias operativas de las cuales Odebrecht se valió para sus operaciones fueron diversas, pero hay un servicio en particular que llama poderosamente la atención: A través de su Departamento de Operaciones Estructuradas, Odebrecht realizó los sobornos como inversiones con retorno casi seguro. Es decir, en tiempo de elecciones presidenciales no efectuaron esas coimas bajo el esquema tradicional de sobornos que consiste en colocar los ‘huevos en distintas canastas’ –partidos o campañas/candidatos– y sentarse a esperar el resultado electoral. Al contrario, en algunos casos Odebrecht hacía la ‘inversión’ y esta traía consigo un acompañamiento técnico para el desarrollo de las campañas electorales y la comunicación política de los prospectos presidenciales.
Pocas personas saben tanto sobre inversiones como el billonario Warren Buffett, quien una vez dijo en cuanto a invertir dinero, que “el riesgo viene de no saber lo que estás haciendo” y en este sentido, Odebrecht se mantuvo repitiendo su misma receta una y otra vez sin ser sorprendida hasta hace apenas unos años.
Al ver el éxito empresarial del conglomerado, solo me queda pensar que este esquema de oferta que hacía la compañía, le permitió una ventaja considerable frente a sus competidores en los mercados locales de los diferentes países. Después de analizar su esquema operacional en algunos casos específicos, tengo que reconocer también su capacidad de innovación al traer un combo completo como producto a ofertar: soborno, publicista de campaña y asesoría política continua después de las elecciones pues gobernar es tan difícil como llegar al poder. Este sistema no tenía nada que envidiarle a los préstamos que otorgan los organismos internacionales financieros a las naciones, cuando aparte del dinero entregado ofertan asistencia técnica como una manera de supervisar la forma en que se invierte la plata.
Es aquí donde hace su entrada el señor Joao Santana, un publicista brasilero que también es conocido como “el creador de presidentes” y en su momento en ciertos círculos de la consultoría política se le consideró como el mejor. Lo que pocos sabían era todo el respaldo logístico que venía con los servicios de Santana. Hoy, al igual que su esposa Mónica Santana, se encuentra condenado a prisión luego de haber sido relacionado con el escándalo Petrobras. Al momento de su orden de detención, la pareja se encontraba en la República Dominicana asesorando la campaña de reelección del presidente Danilo Medina en 2016.
Ocho victorias presidenciales fueron más que suficientes para elevar al brasilero al Olimpo de la consultoría política. A continuación vamos a pasar revista a algunas de las campañas exitosas de Joao Santana:
Brasil- Luiz Inácio Lula da Silva (2006) y Dilma Rousseff (2010 y 2014):
Santana fue el artífice de las campañas electorales triunfadoras del Partido de los Trabajadores (PT) en tres periodos consecutivos: en 2006 con Lula da Silva y en 2010 con Dilma Rousseff quien más tarde se reelegiría en 2014. Hoy Lula se encuentra en prisión cumpliendo una sentencia por cargos de corrupción. En febrero de 2018, ya en prisión, Santana reiteró al juez Jorge Moro –conocido por el caso Lava Jato– que Lula sirvió de intermediario para que Odebrecht financiara la campaña de Mauricio Funes en El Salvador. De acuerdo a lo declarado por su esposa Mónica, la idea era exportar la izquierda a otros países latinoamericanos.
El Salvador- Mauricio Funes (2009):
Hoy Mauricio Funes es perseguido por la justicia de su país por cargos de corrupción durante su presidencia, pero puede que las irregularidades éticas empezaron desde antes de colocarse la banda presidencial. De acuerdo a las declaraciones del matrimonio Santana, se estaría hablando de unos US$ 3 millones los que habría pagado Odebrecht por dicha campaña. Con el pasar del tiempo han surgido otras alegaciones sobre gastos que la Presidencia salvadoreña habría realizado en beneficio de Santana con fondos públicos.
El salvador se encuentra a punto de iniciar una nueva era con la presidencia de Nayib Bukele y solo esperamos que el nuevo presidente retome estas investigaciones y que su administración no incurra en los mismos errores del pasado.
Angola- José Eduardo Santos (2012):
Santana aportó su grano de arena para extender el gobierno de José Eduardo Dos Santos, quien desde1979 hasta 2017 gobernó Angola, en África. Esto es una muestra clara de que los tentáculos operativos de Odebrecht no conocían fronteras.
Venezuela- Hugo Chávez (2012) y Nicolás Maduro (2013):
En 2012 ayudó a la reelección de Hugo Chávez quien moriría un año más tarde. Ante un escenario de incertidumbre política y sucesión, Santana creó una campaña televisiva para Nicolás Maduro. La publicidad fue ideada para no permitir que el extinto líder muriera en la memoria colectiva con una canción que aseguraba que “Él nacerá de nuevo”. Irónicamente tiempo después Chávez ‘reencarnaría’ en forma de pajarito y dialogó con Maduro. La Venezuela de hoy tiene una realidad que hace que sus ciudadanos vivan en ‘Estado de excepcion’ y bajo esas condiciones, entiendo que no podemos esperar que este caso avance.
República Dominicana – Danilo Medina (2012 y 2016):
Como pasó en otros países donde Odebrecht operó, pienso que al destaparse el escándalo, la República Dominicana debió enviar un mensaje claro de tolerancia cero a la corrupción y este mensaje hubiera llegado a su receptor (ciudadanía) a través de la prohibición y cancelación de los contratos con Odebrecht pues independientemente del estado de avance de las obras hubo una falta grave y dichos proyectos pudieron haber sido terminados por otra compañía tras una licitación transparente. RD no solo continuó su relación con Odebrecht, también continuó pagando por asesoría política. Después de analizar los casos previos, puedo ver que entre Odebrecht y la República Dominicana puede que exista el mismo común denominador que se repitió en otros países: Joao
Otro elemento común que he notado en la escena dominicana y que requiere mayor profundización por sus coincidencias con el caso de El Salvador, es la visita que ex presidente Lula Da Silva realizó a República Dominicana en enero 2013. Luego nos enteraríamos más tarde, que en una acusación que el Ministerio Público brasileño desarrolló contra Lula, se afirma que Odebrecht había financiado dicho viaje, y que el ex presidente habría intervenido para que el consorcio fuera agraciado con financiamientos por medio del Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social (BNDES). De acuerdo a lo que vemos en esta acusación podrían repetirse las alegadas ‘andanzas’ de Lula en la campaña de Mauricio Funes en 2009.
Ya en 2012, tras su triunfo electoral, el presidente Danilo Medina agradeció públicamente a Joao Santana por la asesoría brindada. Más tarde esto le traería muchas críticas. En el contexto actual, tanto Medina –a través de sus fiscales- como el poder judicial dominicano tienen la oportunidad de crear un precedente judicial y moral para la región. Depende de ellos decidir si seguirán el camino de Perú que no discrimina cargo a la hora de someter a la justicia, o por el contrario, si les parece más favorable seguir el ejemplo de Venezuela que con $US 98M en sobornos es poco el avance que el caso exhibe. Esto último no solo aplica a RD, también a otros países que han carecido de ‘proactividad judicial’.
No cabe duda que en esta era digital que vivimos, del acceso y el derecho a saber la información pública, el escándalo Odebrecht continúa mostrando sus ramificaciones. Algunos medios informan apegados a la verdad, otros apegados a sus propios intereses, pero todos informan o desinforman. En República Dominicana, el caso no ha muerto en la opinión pública gracias a comunicadores y periodistas de investigación que día a día continúan informando el caso, mención especial se llevan profesionales como Marino Zapete, Altagracia Salazar, Edith Febles, Huchi Lora, Ricardo Nieves, Milagros Germán, Juan Bolívar Díaz y otros que por diversas razones sus espacios han salido del aire o han sido despedidos en el cumplimiento de su deber de informar para dar respuesta al derecho ciudadano de saber.
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