Como aves de mal presagio, desde hace meses rondan en la sede del Partido Revolucionario Institucional una bandada de zopilotes prestos para devorar lo que aún queda de este partido político mexicano.
Creado para ensalzar los tiempos de la hegemonía política, el PRI se desangra frente a los ojos de quienes militaron en él y hoy como espectadores avisoran su desastre en este 2022.
Sin poder de maniobra, con una débil representatividad opositora y secuestrado por tres personajes entre los que figura el actual dirigente Alejandro Moreno, el tricolor se apresura irremediablemente a enfrentar la hora del harakiri político, donde difícilmente podrá figurar entre los tres partidos políticos con fuerza y representatividad en el país, incluso se vaticinan las dificultades que tendrá para conservar su registro.
Lo sucedido en el PRI da cuenta de su propio karma ejercido desde sus entrañas partidistas, donde el control fáctico del poder y la representatividad olvidó aquellos principios con los que se fundó.
Las bases pasaron a mejor vida y durante décadas vieron las mismas caras, los mismos discursos y las mismas cuotas de poder, que en estos nuevos tiempos de la política nacional, son una verdadera caricatura de su pasado triunfalista.
Lejos quedaron los tiempos de los carros completos y de las elecciones cantadas.
El priismo se apresta a una rebelión interna que dejará aún más bajas que se sumarán a los casi 5 millones de militantes que perdió en tan sólo tres años.
Los sueños “guajiros” de “Alito” (Alejandro Moreno) dirigente nacional, para convertirse en candidato presidencial en 2024 suenan descabellados frente a los severos cuestionamientos que enfrenta su desempeño en alianza con Rubén Moreira y José Murat, quienes una vez más, han saqueado a un debilitado tricolor.
Pocos esperaron atestiguar la muerte del dinosaurio que gobernó 70 años en México.
La llamada refundación nacional del PRI se ve difícil frente a la pulverización de una militancia que ha dejado de creer en sus dirigentes.
Las elecciones en seis gubernaturas del país en este 2022 implicarán para este partido, la guillotina o la confirmación de la “franquicia” que a la mejor vendimia entregarán el trío Moreno-Moreira-Murat.
Las llamadas bases del tricolor se extinguen con una rapidez abrumadora y se suman al éxodo a Morena y Movimiento Ciudadano donde se aprestan a sumar los raquíticos capitales políticos que hasta hace algunos años, eran la joya de la corona en los procesos electorales en México.
El dinosaurio ahora sí…….tiene sus horas contadas.
Los comentarios están cerrados.