Llevamos muchos años con recortes en muchos aspectos, pero en lo que se refiere a la sanidad pública en España, es demoledor, se ha llegado a límites de precariedad, sobre todo para los mayores y enfermos crónicos de alguna dolencia.
La población en España está muy envejecida, sobre todo en Asturias, provincia que no pudo ser conquistada, pero ahora está olvidada.
Ante todos estos recortes los políticos suelen hacer múltiples “trampas” para maquillar los resultados y hacernos creer en ruedas de molino, teniendo en cuenta que los verdaderos resultados probablemente son mucho peor que las estadísticas que nos muestran.
Mientras tanto los inversores en medicina privada se frotan las manos ante esta situación, ya que de este modo atraen más pacientes.
El gasto sanitario en España se mantiene por debajo de la media europea. La atención medica deficiente mata al año a unos cinco millones de personas y la falta de ella a más de tres millones.
Médicos que ya no están para ejercer, que viven anclados en el pasado y en sus creencias, que no reconocen ciertos avances en algunas enfermedades, como por ejemplo la fibromialgia, pues siguen pensando, “algunos” que todo es consecuencia de “depresión”, y una vez que en tu historial aparece esa palabra, “depresión”, casi todos se apuntan al carro de que todo es consecuencia de ella.
En esta vida tarde o temprano todos tuvimos depresión por alguna circunstancia, lo importante es reconocerlo, saber su origen y luchar contra ella para salir adelante, pero que no todo deriva de la depresión, una persona loca también puede tener un infarto y no es consecuencia de su estado de ánimo.
Hay previstas unas 45.000 jubilaciones en la sanidad, pero no hay suficientes médicos, sobre todo especialistas, para cubrir esas vacantes, porque en estos años se han ido al extranjero, en busca de un trabajo digno y reconocido, en concreto, se han ido unos 30.000 médicos. La situación es tan crítica que muchos gerentes de hospitales han contratado médicos latinoamericanos sin título de especialista homologado.
Hace años éramos un modelo para muchos países y ahora cada vez estamos más abajo en la lista; entre los genéricos, el copago y las largas esperas para que te atiendan sobre la dolencia que te atañe te da lugar a que te mueras sin saber lo que tienes y al final que te digan “es un virus”, una palabra muy socorrida en estos tiempos; una forma suave de pasar de ti, ya que no hay dinero para nada en sanidad y después de haber trabajado más de 40 años, hemos llegado a todo esto mientras los que roban a manos llenas, además de no devolver nada viven tan ricamente y si están en la cárcel, a cuerpo de rey.
Pero no puedo dejar sin mencionar la “Ley de dependencia”, eso sí que es un caos total, con años de espera y sin soluciones a la vista, pierden o traspapelan expedientes, que no aparecen por mucho que se reclame, es tal despropósito e incompetencia que como no tomen soluciones pronto, va a estallar de verdad.
Personalmente conozco varios casos en los que han intervenido los bomberos para sacar alguna persona mayor de su casa, enferma, sola y sin atención alguna.
Señores políticos, menos cuentos, menos gastos y más atención sobre todo para las personas mayores y discapacitados, “que ya peinamos canas” y no nos valen las promesas, queremos hechos, ¡pero ya!.
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