La República Popular Democrática de Corea (RPDC) calificó el jueves el ataque con una navaja contra el embajador estadounidense ante Corea del Sur, ocurrido más temprano en el día, como “un castigo merecido”, según lo informado por la agencia oficial de noticias KCNA.
El informe dijo: “El reciente caso, en medio del creciente anti-americanismo, refleja la forma de pensar del pueblo de Corea del Sur, que censura a los EE.UU. por traer el peligro de una guerra a la Península de Corea, a través del delirante ruido de sables”.
El embajador estadounidense ante Corea del Sur, Mark Lippert, fue herido el jueves por la mañana en un ataque con arma blanca por parte de un agresor surcoreano de sexo masculino, quien manifestaba a gritos su oposición a los juegos anuales de guerra conjuntos EE.UU.-Corea del Sur.
Lippert, quien asumió su puesto el año pasado como el más joven ocupante de ese cargo, recibió cortes, con una hoja de cuchillo, en la mejilla y el brazo, alrededor de las 7:40 de la mañana, hora local (las 22:40 GMT del miércoles) cuando se estaba preparando para una disertación en un evento del Centro Cultural Sejong, en el centro de Seúl.
La Casa Blanca ha condenado el ataque, diciendo que el presidente Barack Obama ha llamado por teléfono a Lippert y le ha deseado una pronta recuperación. Este ha sido el primer ataque contra un embajador estadounidense ante Corea del Sur.
El lunes, Pyongyang condenó los ejercicios militares conjuntos anuales EE.UU-Corea del Sur, que se desarrollan del 2 de marzo al 24 de abril, calificando los ejercicios, que llevan los nombres de código “Determinación Clave” y “Águila Potrillo” como “intolerables hechos de agresión”.
El mismo día, un portavoz no identificado del Estado Mayor General del Ejército Popular de Corea, de la RPDC, emitió una declaración, amenazando con tomar represalias por los ejercicios militares con “las medidas más duras” y diciendo que las fuerzas armadas de la RPDC “están completamente listas” para golpear los blancos designados.
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