El ex presidente de Brasil, Lula da Silva ha querellado a cuatro periodistas de la revista Veja debido a un artículo en el que se lo involucra en el escándalo de corrupción en la empresa estatal Petrobras, al tiempo que el ex canciller Celso Amorim calificó como absurdas las acusaciones al ex mandatario sobre tráfico de influencia a favor de compañías privadas.
La nota, publicada el pasado fin de semana y titulada “Le llegó la hora”, afirma que uno de los empresarios detenidos por el escándalo en Petrobras decidió revelar “secretos devastadores” sobre una supuesta participación de Lula da Silva y uno de sus hijos en ese asunto.
Según el Instituto Lula, el ex mandatario, a través de sus abogados, exigió “una reparación por daños morales” y calificó al artículo como “repugnante por la forma como fue escrito y por la absoluta ausencia de elementos que le puedan dar soporte”.
”Son blanco de la acción (judicial) Robson Bonin, Adriano Ceolin y Daniel Pereira, que firman los reportajes de portada de la edición 2.436“ de Veja, además del director de redacción de la revista, Eurípedes Alcântara, dice una nota difundida por el Instituto Lula, que dirige el ex presidente.
También sostiene que ”la libertad de comunicación y de prensa presupone la necesidad de que el periodista o el medio sean pautados por la verdad“, lo cual afirma que no se cumplió en este caso.
”El reportaje repite prácticas comunes en Veja: miente, hace acusaciones infundadas y sin pruebas, presenta situaciones como si fuesen hechos, atribuye palabras y hechos, no tiene fuentes y busca atacar, de todas formas, la honra e imagen del ex presidente”, apunta el comunicado.
Por el escándalo de corrupción en Petrobras se investiga a medio centenar de políticos, entre los cuales figuran diputados y senadores, pero en la extensa lista no está Lula da Silva. Aun así, un fiscal del Ministerio Público abrió hace diez días una investigación para determinar si el líder del Partido de los Trabajadores (PT) incurrió en el delito de tráfico de influencias al promover en el exterior a algunas empresas investigadas por la corrupción en la petrolera estatal.
Frente a esa acción, los abogados del ex mandatario exigieron al Ministerio Público que investigue al fiscal Valtan Timbó Mendes Furtado, autor de esa iniciativa, por darle curso a un caso “sin ningún indicio” de delito, “ignorar el derecho a la defensa” e irregularidades en la conducción del proceso.
El Ministerio Público aceptó iniciar un proceso disciplinario contra el fiscal, pero se abstuvo de suspender el proceso abierto contra el ex presidente.
En esa línea, Amorim, quien fue canciller de Lula da Silva, calificó como absurdas las acusaciones contra el ex jefe del estado. “Eso es un total absurdo, eso demuestra a qué punto llegó la politización; no vamos aquí a defender lo que es equivocado, esos escándalos en Petrobras, creo que todo tiene que ser investigado correctamente”, señaló.
“Creo que nadie tiene que asumir para sí eventuales errores, delitos cometidos; ahora, acusar a un ex presidente porque apoya a las empresas brasileñas, eso es un total absurdo; todos los ex presidentes apoyan, e incluso los presidentes en el cargo”, dijo Amorim.
”Apoyar empresas brasileñas en temas que son de interés de Brasil, dentro de la legalidad, corresponde; creo que sería incluso sorprendente que un presidente o ex presidente no lo hiciera; se están defendiendo intereses brasileños, empleos; eso (las acusaciones) son una cosa desatinada, muestra como las personas perdieron el criterio”, agregó.
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