Estamos asistiendo a un cambio social rápido que está transformando la interacción social y los valores y estilo de vida de un modo increíble. En relación con el medio ambiente es cierto que las crecientes capacidades tecnológicas están modificando el ambiente humano en muchos sentidos.
La naturaleza en su sentido más salvaje y primitivo es un bien cada vez más reducido. El cuerpo que según Javier Echevarría es nuestro primer entorno está limitado por su estructura topológica o espacial y por su capacidad sensorial.
Y los hombres cada vez viven, en mayor número, en ciudades y megalópolis. Lo que supone que se puede considerar un segundo entorno humano mediado por las estructuras características de las ciudades que protegen mejor el desarrollo de la civilización. Si bien los elementos artificiales que potencian y protegen el cuerpo como las gafas, la ropa, etc., aumentan las posibilidades humanas, ya que amplían y mejoran la existencia. Y si a esto se añade la cultura y el lenguaje la condición urbana del hombre se ve reforzada.
Pero ya vivimos inmersos, en mi opinión, en un tercer entorno que es el predominante y lo será cada vez con mayor fuerza e intensidad. Es el denominado mundo digital que es la expresión de lo virtual en la existencia cotidiana. Ya que la sofisticación de los avances tecnológicos está poniendo al alcance de todos el dinero electrónico, el pago con el móvil, la impresión 3D, la realidad virtual, etc.
La fase neotécnica de Mumford en la que existimos es la plasmación de la simultaneidad y la inmediatez en la comunicación global. Y también de la información instantánea.
Además, el aula ya no es un espacio determinado, sino que, en cierta forma, puede ser cualquier lugar gracias a Internet y las tecnologías de la información y la comunicación. De este modo, está claro que la interacción humana cada vez será mayor.
Otra cuestión diferente es si la calidad y la profundidad de las interacciones individuales y sociales serán mayores de lo que suelen ser, actualmente, a través de los medios digitales. Si bien es verdad que lo presencial debe mantener su primordial importancia desde una perspectiva individual, social y comunitaria.
Se están produciendo cambios sociales sustanciales que pueden ser clasificados usando la terminología de Mariano Fernández Enguita en tres tipos: suprageneracional, intergeneracional e intrageneracional.
En mi opinión, los más rápidos son la transformación del medio ambiente por la contaminación y la desertificación, deforestación, acumulación de plásticos y desechos en los océanos, etc.Y desde un planteamiento o consideración suprageneracional habría que conservar la biodiversidad y salvar al planeta de los enormes daños que ya está sufriendo.
En el ámbito intergeneracional me parece que la distancia cultural entre los jóvenes y los mayores se está, en general, agrandando o aumentando, respecto al estilo de pensamiento existencia. Si bien creo que hay motivos para el optimismo respecto al futuro por la mayor formación que están adquiriendo las nuevas generaciones.
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