Ciertamente, es evidente que en un mundo tan materialista y consumista como el actual los planteamientos religiosos y éticos del santo de Asís pueden parecer fuera de lugar. Pero es todo lo contrario. La orden franciscana creada por él ha dado grandes sabios como Duns Escoto y San Buenaventura o Guillermo de Ockham.
Francisco hijo de un rico comerciante después de una juventud y que vivió despreocupadamente sintió el ferviente deseo de dedicarse a los demás, especialmente a los pobres. Aprendió latín y recibió la formación regular de su época.
Ante los conflictos de finales del siglo XII formó parte del ejército papal en las luchas de poder en relación con el Imperio. En el año 1205 Francisco escuchó una voz que le recomendaba regresar a Asís.
Aunque otro de los momentos clave en su vida fue el 24 de febrero de 1208 en el que escuchó en su mente unas palabras del Evangelio que le impulsaron a llevar una vida de pobreza y austeridad ayudando a los más necesitados.
Francisco también viajó a Egipto y se entrevistó con el sultán de Egipto en un intento por convertir a los musulmanes a la religión cristiana. No lo consiguió, aunque recibió del sultán como reconocimiento un cuerno de marfil finamente tallado que le sirvió de pasaporte o salvoconducto por tierras musulmanas.
La búsqueda de la perfección está en la base de sus planteamientos religiosos. Hacia 1210 redactó la regla breve que en años posteriores fue ampliada y reelaborada, pero la esencia siguió siendo la misma.
Las enseñanzas de San Francisco son útiles y no únicamente para los creyentes también lo son para los agnósticos y ateos. La tolerancia, la humildad, la bondad, la compasión y otra serie de valores éticos forman parte de lo que él quería en el mundo humano.
La humanización de la existencia, el cuidado y protección de cualquier forma de vida respondía a un amor universal que puede identificarse con Dios, pero que desde una perspectiva ética se puede entender como solidaridad universal.
La labor intelectual de la orden franciscana se ha extendido ocho siglos de un modo extraordinario. Los tratados teológicos de la Escolástica medieval son, en parte, redactados por franciscanos.
El apoyo social que ofrecen los franciscanos en la actualidad es inmenso y, por tanto, merecen el respeto y el agradecimiento de todos.
La filosofía también forma parte de todo esto, porque con el surgimiento de la Universidad de París los profesores de la misma eran, al principio, dominicos y franciscanos.
El desarrollo del saber filosófico y teológico tuvo como iniciadores a pensadores religiosos, aunque también es cierto que con Pedro Abelardo y otros el conocimiento se independizó de los condicionantes teológicos con el paso de los siglos.
El pensamiento de Francisco de Asís puede reformularse con algunos cambios, pero lo fundamental sigue vigente. Francisco se desprendió de sus bienes para vivir una vida pobre. Se conserva su humilde sayo en la basílica Santa María Novella de Florencia. En la que reposan los restos de Dante, Maquiavelo y Miguel Ángel. Que también contribuyeron con su arte y sus escritos al desarrollo de la cultura occidental que tiene unas raíces cristianas.
El mensaje central de su existencia es, a mi juicio, que es absolutamente necesario cuidar y proteger a los mayores y a los pobres y enfermos de modo incondicional y desinteresado. Porque todos somos hermanos en nuestra humanidad como especie.
Frente a la crueldad, la maldad, la violencia, las guerras y el hambre que son padecidas por millones y millones de seres humanos en el mundo, no debemos permanecer indiferentes.
Cáritas y todas las organizaciones solidarias sean de la Iglesia o no realizan, en este sentido, una labor extraordinaria que debería ser imitada por los países de todo el planeta, especialmente por los más desarrollados y con mayores niveles de renta.
Los medios materiales, técnicos y tecnológicos disponibles actualmente hacen posible una lucha efectiva contra el hambre y la marginación o exclusión social en todas sus formas. Lo único necesario es voluntad para empezar a hacer mucho más en favor de un planeta sostenible.
Estamos ante unos retos que son enormes de cara a la subsistencia de la especie humana. La lucha contra el cambio climático puede ser exitosa, pero depende de las decisiones políticas. Y queda poco tiempo. El avance tecnológico puede ser nuestro principal aliado para el bienestar de todos.
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