Las cuarenta medidas que están en el documento o programa del PSOE, puesto a disposición de los partidos, para que sirva de base esencial de negociación parece algo razonable. Independientemente de valoraciones precisas de tipo economicista, que están sujetas a muchas matizaciones, porque se supone que la aplicación de estas propuestas será progresiva, y se marcan líneas maestras que son coherentes.
El documento de 53 páginas del partido socialista es un intento de encontrar un acuerdo con Podemos, ya que sus propuestas son muy parecidas en bastantes aspectos a la formación de Pablo Iglesias.
Parece que la investidura exitosa de Sánchez está cercana, y el acuerdo del PSOE con Podemos para formar gobierno va siendo cada vez más probable. Uno de los grandes obstáculos es que Ciudadanos exige que el PSOE pacte con el PP.
Aunque la aritmética del pacto de investidura por parte de Sánchez y su equipo negociador, ya está configurada, con la colaboración de algunos partidos más, y está, en principio, acordada.
El plan de reformas que ofrece el PSOE considero que no es algo que vaya a perjudicar la economía española como dicen algunos. Porque se plantea, por ejemplo, una subida escalonada del salario mínimo interprofesional hasta los 800 euros, en los dos primeros años de legislatura, y al final de la misma será de unos 950 euros al mes.
En lo relativo a la renta mínima parece que es algo plenamente racional, ya que aunque existen varios tipos de subsidios, y también el salario social, por desgracia, no son suficientes para atender todas las necesidades de las personas que los precisan, por distintas causas, que no es el momento de precisar, pero que son fácilmente pensables. Sobre todo, si se profundiza un poco en la cuestión.
La lucha contundente contra la pobreza, la desigualdad excesiva, y la marginación social debe ser la prioridad de cualquier gobierno progresista. Y los fondos para financiar estas medidas sociales pueden salir, tanto de los impuestos, como de una más eficiente lucha contra el fraude fiscal.
Que las grandes fortunas, las grandes empresas y los ricos paguen un diez por ciento más de impuestos, no parece algo excesivo o desproporcionado. Y ayudaría también en las políticas sociales a aplicar a la realidad española actual. Se necesita una solidaridad de los más afortunados con los que lo son menos, por razones que tienen que ver, incuestionablemente, con la injusticia social existente.
Además, la derogación de la LOMCE planteada en la propuesta programática del PSOE, y las restantes reformas sobre la Ley de Propiedad Intelectual, de la Justicia, de los partidos políticos y la Constitución, así como la negociación de un nuevo estatuto de los trabajadores, etc., son puntos de partida para una sociedad más justa, equitativa y solidaria. Y todo esto está presente de forma similar, al menos, en la línea de la política social de Podemos.
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