(CORDIS) — Imagínese una persecución de diez años alrededor del Sistema Solar. Esto precisamente es lo que la nave Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha estado haciendo durante los últimos diez años hasta que por fin esta semana ha alcanzado su destino: el cometa…
Rosetta se ha convertido hoy en la primera nave en reunirse con un cometa y, por tanto, su equipo responsable en la ESA puede afirmar que ha abierto un nuevo capítulo en la exploración del Sistema Solar. El cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko y Rosetta se encuentran ahora a 405 millones de kilómetros de la Tierra, a medio camino entre las órbitas de Júpiter y Marte, avanzando velozmente —a casi 55 000 kilómetros por hora— hacia el Sistema Solar interior.
El cometa sigue una órbita elíptica de 6,5 años que lo lleva hasta más allá de Júpiter, en su punto más alejado, hasta entre las órbitas de Marte y la Tierra, en el punto más próximo al Sol. Desde la ESA afirman que Rosetta lo acompañará durante más de un año y juntos rodearán el Sol y volverán de nuevo hacia Júpiter.
No obstante, la travesía hasta el cometa no ha sido directa. Desde su lanzamiento en 2004, Rosetta ha sobrevolado la Tierra tres veces, y una Marte, para orientar su trayectoria con la ayuda de la gravedad de estos planetas. Esta compleja trayectoria también ha hecho posible que Rosetta visitara los asteroides Steins y Lutetia, de los que ha obtenido imágenes y datos científicos sin precedentes.
No sorprende por tanto que el equipo de la ESA esté exultante tras llegar a su destino tras una odisea de diez años. «Después de un viaje de cinco meses y cuatro días, después de cinco vueltas alrededor del Sol y de 6 400 millones de kilómetros, estamos encantados de anunciar, por fin, que ¡ya hemos llegado!», declaró Jean-Jacques Dordain, director general de la ESA. «La nave europea Rosetta se ha convertido en la primera nave de la historia en reunirse con un cometa, un hito en la exploración de nuestros orígenes. Ha llegado la hora de los descubrimientos».
Álvaro Giménez, director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA, añadió: «Ha sido un largo camino desde que se discutió por primera vez el concepto de esta misión a finales de los años setenta, y desde que se aprobó en 1993. Ahora estamos a punto de abrir un cofre del tesoro para el conocimiento científico, que permitirá reescribir los libros sobre cometas durante varias décadas».
Hoy Rosetta se encuentra a solo cien kilómetros de la superficie del cometa, pero todavía se acercará un poco más. A lo largo de las próximas seis semanas, la sonda describirá dos trayectorias triangulares frente al cometa, primero a una distancia de cien kilómetros y luego a cincuenta km.
Por si no fuera suficiente con lograr un hito en la historia espacial, a lo largo de los próximos meses el equipo de la ESA empezará los preparativos para otro: el primer aterrizaje en un cometa.
Matt Taylor, científico del proyecto Rosetta para la ESA, concluyó: «Tras el aterrizaje, Rosetta seguirá acompañando al cometa hasta el punto de su trayectoria más próximo al Sol, al que llegará en agosto de 2015 y, en el viaje de vuelta, estudiando su comportamiento desde cerca para recoger datos sin precedentes sobre cómo funciona un cometa a lo largo de su órbita alrededor del Sol».
Sin duda a Rosetta le queda aún un largo viaje por delante.
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