La contaminación atmosférica aumenta el riesgo de ataques al corazón, según una investigación que será presentada en el Congreso de Cuidados Cardíacos Agudos de 2013 por la Dra. Savina Nodari de Brescia (Italia). El Congreso de Cuidados Cardíacos Agudos de 2013 es la reunión anual de la Asociación de Cuidados Cardíacos Agudos (ACCA) de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC). Se celebrará entre el 12 y el 14 de octubre en Madrid, España. La ciencia más reciente y los últimos tratamientos para los cuidados cardíacos agudos será presentada por investigadores de todo el mundo.
La Dra. Nodari dijo: “En las últimas décadas se ha producido un aumento preocupante de la contaminación atmosférica. Con independencia de las políticas ambientales y sociales locales para aprobar la calidad del aire, el efecto negativo de la contaminación atmosférica sigue siendo un problema de salud pública importante”.
Y añadió: “Algunos estudios realizados en Europa y los Estados Unidos han mostrado una relación entre la contaminación atmosférica, especialmente las partículas finas y ultrafinas, que se miden como partículas PM10 y, no solo las enfermedades respiratorias, sino también acontecimientos cardiovasculares agudos y fallecimientos. La Unión Europea ha establecido un umbral de seguridad PM10 de 10 microgramos/m3, pero los efectos negativos de las PM10 sobre el sistema cardiovascular pueden producirse a niveles inferiores a esta cifra”.1
El estudio actual se propuso confirmar la asociación entre los niveles de PM10, que son un marcador de la contaminación general del aire, y el riesgo de acontecimientos cardiovasculares agudos. También examinó la propensión individual a los acontecimientos cardiovasculares durante periodos con altos niveles de PM10. Se recopilaron datos sobre hospitalizaciones diarias por acontecimientos cardiacos (síndrome coronario agudo, insuficiencia cardiaca aguda, arritmias ventriculares malignas y fibrilación auricular) y las concentraciones medias diarias de PM10 en Brescia entre 2004 y 2007.
El estudio encontró una asociación significativa entre los niveles de PM10 y las hospitalizaciones por acontecimientos cardiovasculares agudos, como síndromes coronarios agudos, insuficiencia cardiaca, agravamiento de la insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular paroxística y arritmias ventriculares. El efecto era lineal, con un incremento del 3% en las hospitalizaciones por cada aumento de 10 microgramos en las PM10.
La Dr. Nodari explicó: “Brescia es una de las zonas más industrializadas del norte de Italia y según la Agencia Medioambiental Europea tiene unos niveles diarios medios de PM10 superiores al umbral de seguridad de 50 microgramos/m3. Este alto nivel de contaminación atmosférica tiene sin duda efectos nocivos para la salud cardiaca”.
Los investigadores encontraron también que las personas mayores (>65 años) y los hombres eran especialmente susceptibles de padecer arritmias, fibrilación auricular o síndromes coronarios agudos con mayores niveles de contaminación atmosférica. La Dra. Nodari afirmó: “Esto puede estar relacionado con una mayor prevalencia de afecciones simultáneas y una mayor fragilidad del sistema cardiovascular y circulatorio asociada a la edad”.
Otro hallazgo fue que las hospitalizaciones cardiovasculares durante periodos con alto nivel de PM10 se producían con más frecuencia en pacientes que ya habían sido hospitalizados previamente por un acontecimiento cardiovascular. La Dra. Nodari declaró: “Necesitamos prestar especial atención a la protección de los pacientes ancianos y que hayan sufrido previamente un ataque al corazón u otros problemas cardiacos, ya que son más vulnerables a sufrir otro acontecimiento cardiaco”.
Añadió: “Los estudios anteriores respaldan la hipótesis de que la contaminación atmosférica puede aumentar las tasas de acontecimientos cardiovasculares debido a que las PM10 pueden causar procesos negativos para el corazón, como inflamación y coagulación”.
La Dra. Nodari continuó: “La contaminación ambiental es un grave problema, porque no podemos proteger a las personas si no somos capaces de mejorar la calidad del aire en los lugares donde viven. Para proteger la salud pública, las políticas nacionales deben considerar otras fuentes de energía para los vehículos, la industria y el uso doméstico, que pueden incluir electricidad, energía eólica, sistemas fotovoltaicos o energía nuclear. Muchas personas piensan que la energía nuclear no es una buena alternativa y estoy de acuerdo, pero tenemos niveles de contaminación atmosférica tan altos en la actualidad que debemos estudiar seriamente las opciones alternativas”.
Y concluyó: “El umbral actual de PM10 de 50 microgramos/m3 es demasiado alto, pues a este nivel hemos observado un aumento en el número de hospitalizaciones por dolencias cardiacas. El umbral debería reducirse a 20-30 microgramos/m3 o incluso menos, si es posible, porque, como el colesterol, el riesgo es continuo: cuanto mayores son los niveles, mayor es el riesgo. Si podemos obtener un nivel inferior de PM10, probablemente reduciremos el riesgo de afecciones cardiacas”.
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