El libro de Michel Onfray sobre el islamismo señala aspectos que han sido ya desarrollados también por otros, pero con un enfoque y una focalización más dirigida a lo que está sucediendo en Francia. Onfray se ha ganado a pulso su gran prestigio intelectual. Ha publicado más de cincuenta libros y sus clases de historia de la filosofía se emiten en France Culture. Además de la creación de la Universidad Popular de Caen, etc.
Su obra Pensar el islam está repleta de análisis certeros y precisos sobre lo que está ocurriendo en el ámbito social y político con el terrorismo yihadista. Y aunque critica fuertemente los bombardeos de Francia sobre países islámicos y pone en evidencia el tremendo error de llevar la guerra a Iraq, etc., mantiene la esperanza de lograr la paz con la diplomacia y el cambio de la política francesa.
Y escribe al respecto: «El islam, que no oculta su naturaleza belicosa y conquistadora, merece una política internacional distinta de la de los cañones». En referencia a Francia está convencido de que es posible un islam republicano que se fundamente en los pasajes pacíficos del Corán.
Comparto con Onfray la idea de que no se puede intervenir en los asuntos internos de los países árabes, ya que disponen de su propia soberanía. En este sentido, las injerencias de potencias occidentales en estos estados no son racionales y son injustificables desde el derecho internacional.
Aunque en su libro se vierten críticas muy duras contra la superficialidad de una parte de los medios de comunicación y contra los poderes de facto que no promueven un pensamiento profundo acerca de las causas reales de los atentados que se están produciendo, también mantiene margen para la esperanza. Puesto que afirma que la peor respuesta a la violencia es la violencia. Entre otras cosas, porque se retroalimenta y es una cadena de actos violentos y terribles sin fin conocido.
Bin Laden estaba colaborando con los norteamericanos, y luego fue el líder del terrorismo islámico. Las cosas no se hicieron bien en el Próximo Oriente. Y esto ha provocado un infierno del que no sabemos lo que durará. A lo largo del libro Michel Onfray desvela las claves de la guerra de civilizaciones en la que ya estamos inmersos. Los últimos atentados de grupos islamistas radicales en Estambul, El Cairo y en Somalia y Nigeria son una muestra de una barbarie sin tregua que parece no concluir.
Desde mi análisis el yihadismo obedece a planteamientos extremistas y radicales que están presentes en el Corán y que son interpretados como una justificación de la violencia y de la guerra santa.
Nadie pone en duda que la gran mayoría de los musulmanes son pacíficos y que la cultura árabe es magnífica, pero sus planteamientos religiosos, sobre todo, en relación con sus prácticas y costumbres están anclados en la Edad Media. Algo, que en el fondo, mientras afirme la paz y la convivencia respetuosa con otras creencias e ideas no supone ningún problema.
De todas formas, Occidente se está enfrentando a un cambio social y de civilización que puede servir también para un replanteamiento profundo desde un enfoque ético que se aleje de la superficialidad y del todo vale y que destaque el inconmensurable valor de la reflexión. Cada vez es más necesario pensar, argumentar, razonar, en definitiva, filosofar.
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