EE.UU. y el Reino Unido suspenden toda la ayuda no letal que prestaban a la oposición en el norte de Siria. La decisión se ha tomado después de que el Frente Islámico tomara el control de las bases militares pertenecientes al Ejercito Libre Sirio.

De esa forma, estos países, que aportaron mucho a la capacitación de las fuerzas antigubernamentales, dejarán de suministrarles chalecos antibalas, dispositivos de comunicación y prismáticos de visión nocturna. No obstante, la llamada ayuda humanitaria no se verá afectada por esta decisión.

Además, las autoridades británicas precisaron que se trata de una suspensión temporal. Una vez obtenidas las garantías de que la ayuda no caerá en manos de los grupos que Occidente considera extremistas, la distribución de la ayuda sería reanudada, aseguraron a la agencia de información Itar-Tass desde la Cancillería del Reino Unido.

“Con lo que han anunciado, Londres y Washington no quieren decir que la ayuda militar, aunque sea no letal, ni mucho menos se pare”, cree el analista internacional Lajos Szaszdi. En su opinión, al mismo tiempo muchos países, como Arabia Saudita, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Jordania y Francia, continuarán proporcionando apoyo de todo tipo a la insurgencia en Siria.

Sin embargo, pronostica el experto, “esta división puede facilitar al Gobierno sirio y a sus Fuerzas Armadas derrotar a los rebeldes, ya que están divididos, y sobre todo que el pueblo sirio rechace al islamismo y decida en su mayoría apoyar a su Gobierno”. Para que las fuerzas antigubernamentales puedan prevalecer, recuerda Szaszdi, no les basta meramente la ayuda desde fuera, sino que deberían contar con el apoyo del pueblo.

La alianza bautizada como ‘Frente Islámico’ se conformó el mes pasado a partir de siete grupos rebeldes adoctrinados en el radicalismo extremo. Entre los principales objetivos de la formación figuran derrocar a Bashar al Asad y establecer un estado islámico con la capital en Damasco.

Unos portavoces del Frente aseguraron que no cobija a grupos afiliados de Al Qaeda, pero que sí reciben ayuda del grupo Muhajirin, constituido por mercenarios extranjeros seguidores de la yihad.