La FAD (Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción) lanza una nueva línea de campañas de sensibilización social sobre el consumo de las drogas. Si hasta ahora se alertaba sobre el riesgo que representaban ciertas sustancias, ahora el énfasis se centra en las personas.
Desde la FAD se ha decidido analizar y enfrentarse a el consumo de drogas como una conducta de riesgo social cuyas raíces son comunes a otras conductas similares. “Después de 25 años sabemos que la clave es trabajar con las personas”
“La FAD también ha divulgado otra campaña publicitaria bajo el eslogan “Todo tiene un precio”. Busca concienciar a la sociedad sobre la presencia de los estupefacientes como un producto de lleva despilfarro, banalizando su significado y sus peligros. La idea creativa de la acción descansa sobre la aseveración: “Lo más peligroso de las drogas es olvidarnos de lo que realmente son”.
Por otra parte, la legalización del consumo de la marihuana aumenta en Estados Unidos, donde el tradicional y prestigioso periódico ‘The New York Times’ se ha sumado a los que apoyan la legitimación de esta droga. El periódico publicó un artículo en el que explicaba que el uso moderado de la marihuana es menos dañino que el consumo del tabaco y el alcohol. Siguiendo su apoyo a la legalización de esta planta, el rotativo ha publicado un anuncio de Leafy, una app que permite a los usuarios encontrar chamizos que venden marihuana.
Se debe tener en cuenta que la droga llega directamente al cerebro. El estudio de la Oficina Nacional de Control de la Drogadicción de Washington, refrenda que los alcaloides pueden producir daños como zozobra, melancolía, brotes psicóticos y tendencias al suicidio.
La droga cuanto más se consume más imperiosamente se necesita, el vendedor engaña al incauto comprador con que le llevará al paraíso, pero se calla el precio que deberá pagar: su propia autodestrucción, el deterioro físico y psíquico, que transformará, el paraíso de unos instantes, en un prolongado e insoportable infierno. La adicción a las drogas es la muerte, la inmolación de millones de jóvenes ingenuos e inocentes, en aras de uno de los más sucios y miserables negocios que ha conocido la Humanidad.
El vacío de Dios, ¿no lleva a la desesperanza? La desesperanza conduce a la deshumanización. El hombre sin Dios se deshumaniza y se hace enemigo hasta de sí mismo.
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