COP23 es el nombre informal de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2017 (UNFCCC). Fue adoptada en 1992 en la Cumbre de la Tierra, en Rio de Janeiro. En este año se celebra en la ciudad alemana de Bonn y es presidida por Fiji, en la persona de su primer ministro Frank Bainimarama.
En esta ocasión el evento reúne personalidades de todos los sectores abogando por mayor acción para mitigar los efectos del cambio climático. Un punto en el que todos están de acuerdo es que los fenómenos meteorológicos son cada vez más extremos, una llamada a la acción urgente. Ejemplo de esto ha sido la cadena de huracanes categoría cinco que afectaron a las islas del Caribe este año.
El escenario fue elegido para el lanzamiento de una iniciativa que brindará recursos y asistencia técnica a las pequeñas islas que son estados en desarrollo. Es el resultado de los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la COP23 y UNFCCC. El Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom, anunció que “están lanzando la iniciativa para estas pequeñas islas en desarrollo porque ellas son las que de manera desproporcionada soportarán la carga del cambio climático”. La intención es que estas puedan entender y manejar los efectos negativos en la salud.
Por su lado, la mexicana Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la UNFCCC, agradeció al Dr. Tedros por su trabajo en cambio climático y salud, así como por la iniciativa lanzada. Además, señalo que la iniciativa “tendrá un impacto significativo en la salud de los que viven en pequeñas islas de países en desarrollo”. El objetivo de este plan es que para el 2030, estos países tengan sistemas de salud que respondan al cambio climático.
La celebridad y ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, expresó su satisfacción porque la “OMS está guiando el camino al poner su enfoque en el impacto desastroso a la salud que genera la polución y el cambio climático”.
Es nuestra responsabilidad garantizar que los niños tengan un futuro sano y que aquellos que están por nacer puedan soñar con vivir en el próximo siglo. De acuerdo a la OMS, la polución del aire mata más de 6.5 millones de personas en el mundo cada año y aquellos países que tomen acción mitigando el fenómeno verán impactos instantáneos en su salud. El problema que viven estas pequeñas islas es que enfrentan la amenaza de la elevación del nivel del mar y el aumento de enfermedades infecciosas.
La realidad es que la salud de las futuras generaciones depende de cómo todos podamos tomar acciones concretas contra este flagelo. El cambio climático alimenta la propagación de enfermedades no transmisibles al contaminar el aire, los alimentos y el agua que sostiene la vida. Ya ha quedado muy claro que el cambio climático no es un tema político, es una realidad que la humanidad vive día a día, no son factores aislados que puedan ser ignorados o negados en la actualidad.
Con el incremento de las enfermedades transmisibles a causa del aumento de condiciones climáticas extremas, todos estamos afectados directamente, pues cualquier persona puede verse alcanzada por enfermedades como el cólera, la malaria o el dengue. Estos fenómenos climáticos los podemos ver con el exceso de agua (inundaciones) o con la ausencia de este líquido (sequías), afectando significativamente el acceso a agua potable, lo que puede desencadenar un aumento de muertes producto de enfermedades de transmisión por agua. ¡Ni mencionar la leptospirosis que es mortal!
Esta problemática requiere atención inmediata y a su abordaje radica principalmente en la premisa de que el cambio climático afecta la salud de todos. Se espera que entre el período 2030-2050, el cambio climático causará 250,000 muertes adicionales por año. El futuro para nuestros niños no es muy alentador, tenemos que actuar AHORA.
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