La era de los asistentes virtuales ya ha comenzado. Cortana y otros dispositivos existentes en los ordenadores actuales para facilitar información serán algo cada vez más frecuente. Con los robots sociales o androides se está iniciando un proceso similar, aunque más lento por su mayor complejidad tecnológica.
La científica suiza Nadia Thalmann ha dirigido a investigadores de la Universidad Tecnológica de Nanyung en Singapur, y ha sido creado el robot social Nadine. Al ser capaz de reconocer objetos y personas puede realizar numerosas funciones útiles. Sobre todo, si se piensa en su capacidad para hablar y responder a su interlocutor humano.
La androide Nadine está programada de una forma muy sofisticada y precisa. Su voz femenina, con cierto tono robótico, contesta con acierto a las preguntas que se le hacen sobre geografía, y muestra sentimientos de agradecimiento calculados y previstos en su sistema. Y hace compañía, además de poseer capacidad de aprendizaje, y responder a los saludos como un humano. Y aunque no puede andar todavía, esto no supone un problema insoluble, ya que es pensable que será resuelto dentro de unos meses o años.
Nadine se diferencia de otros androides por disponer de más capacidades o funcionalidades. Lo que supone que puede ayudar más y de mejor manera a las personas para las que trabaja.
En el espacio de tiempo de una década empezarán a ser usados androides o robots sociales de modo más amplio. En lo relativo a la apariencia de los mismos, lo lógico es que dependa de los gustos y preferencias de los usuarios. Las empresas que los fabriquen podrán darles una apariencia parecida a la humana o no. No parece una cuestión decisiva.
En cambio, lo que sí es esencial es la elaboración de leyes acerca del uso de los robots. Ya que, serán conscientes de sí mismos. Por tanto, habrá que tener precaución y prudencia para evitar que se transformen en hostiles, por una programación inadecuada que les proporcione demasiada libertad y autonomía.
La utilidad de los robots sociales está fuera de toda duda. Incluso, como simples asistentes virtuales en los ordenadores, ya son especialmente eficaces en diversos ámbitos. Por ejemplo, en casos de demencias u otras enfermedades incapacitantes pueden paliar los síntomas, y la soledad y el aislamiento de numerosos individuos.
Habrá androides en las empresas y los hogares, sin ninguna duda. Dentro de unos decenios. Y podrá crearse una gran gama de prototipos construidos en diversos países del mundo. Países que pueden ser punteros en la construcción de robots sociales son: Japón, Estados Unidos, Corea del Sur y España.
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