El respeto, la educación y los buenos modales se están perdiendo en los adolescentes.
Desde hace 35 o 40 años hasta ahora la educación de padres a hijos ha ido decayendo, en tal medida, que puede decirse que, actualmente, no existe en muchas familias o está reducida a su mínima expresión.
Los niños y los adolescentes cada vez están más enganchados a los móviles y a otros dispositivos tecnológicos. Muchos padres dan móvil y tablet a sus hijos pequeños y de esta manera están provocando que se acostumbren a vivir en una realidad virtual que no es aconsejable en esas edades.
No se trata de volver al autoritarismo de hace unas décadas en la educación. Pero tampoco es coherente la actitud permisiva y excesivamente tolerante respecto a la conducta de niños y jóvenes. El término medio en relación con la conducta es lo más racional.
Lo que está claro es que la labor educativa de las familias es la clave para que los niños adquieran actitudes respetuosas, buenas y obedientes desde temprana edad. Y lo reiteran los psicólogos clínicos, ya que el 90% de la responsabilidad de la educación de sus hijos es de sus progenitores.
Y es evidente que por sobreprotección o por dejadez y falta de responsabilidad muchas familias no ponen normas ni educan a los chicos y así van las cosas.
Por ejemplo, niños que en salas de cine bajan al finalizar la película pisando los asientos, en vez de bajar por los pasillos, ante la mirada indiferente de sus padres, adolescentes que se tiran por el suelo o dan voces y gritan en centros de ocio sin ningún control por parte de sus padres. Otros no utilizan las papeleras y tiran papeles y otras cosas al suelo, etcétera.
Es como si lo normal fuera la falta de respeto a los demás y hacer lo que se quiera aunque moleste a los demás. La gran y falsa disculpa es decir que como son niños hay que dejar que hagan lo que quieran, sin ningún tipo de límite. De este modo parece que se elimina cualquier tipo de represión. Y no es cierto.
También existen adolescentes educados, porque sus padres se ocupan de explicarles lo que es una buena conducta y el respeto a los demás y toman medidas para corregir las conductas malas y molestas. Lo que no supone que no puedan divertirse o jugar, pero en las zonas adecuadas y respetando los derechos de sus semejantes. Es algo tan simple y sencillo como eso.
La educación y el respeto sirven, entre otras cosas, para que todos vivamos más cómodos y exista una mejor convivencia en la sociedad. Y esto mismo se puede aplicar al mundo laboral y a cualquier otro ámbito de la realidad en el que existimos. Además, las buenas formas son algo exigible por sí mismo, sin buscar otras razones o motivos especiales o rebuscados.
El valor de la educación y de la buena conducta es indiscutible. Afortunadamente, una parte de los adolescentes son educados. Lo que hace falta es que, la otra parte, tome nota, respete y sea educada, ya que es su obligación. Valores éticos como la bondad no son algo pasado de moda o estrambótico, porque son la base de toda sociedad pacífica, solidaria, respetuosa, tolerante y compasiva.
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