La policía estadounidense asevera que todo vale en las campañas contra la droga

La policía estadounidense asevera que todo vale en las campañas contra la droga

La policía de East Liverpool, en el estado de Ohio (Estados Unidos) ha publicado, en su página oficial en Facebook, una foto que ha producido un gran impacto en las redes sociales.

En la fotografía aparecen un hombre y una mujer que parecen dormir en los asientos delanteros de un vehículo. En la parte trasera del automóvil es visible la imagen de un niño pequeño. Los ocupantes del coche parecen estar durmiendo aunque, en realidad han caído en los brazos de la heroína.

La fotografía, acompañada de otra imagen igualmente impactante y con idénticos protagonistas, fue publicada en Facebook con un informe policial adjunto en el que las autoridades muestran, sin ningún reparo los nombres de los protagonistas de tan desafortunado suceso.

Es importante tener en cuenta que la droga es el ataque más grave que sufre la sociedad actual. Un ataque cuyas consecuencias alcanzan a todos.

“Las drogas son ilegales porque son peligrosas, no son peligrosas porque sean ilegales”, aseveró en una conferencia el director de la Oficina de la ONU para las Drogas y el Delito.

También se ha divulgado una campaña publicitaria bajo el eslogan “Todo tiene un precio”. Busca concienciar a la sociedad sobre la presencia de las drogas como un producto que lleva al despilfarro. La idea creativa de la acción descansa sobre la aseveración: “Lo más peligroso de las drogas es olvidarnos de lo que realmente son”.

España es el primer país del mundo en el derroche de cocaína. Ha prevalecido a los Estados Unidos y cuadruplicado la media occidental, según la ONU, siendo la población compradora las comprendidas entre los 15 y 64 años.

La droga se trajina en un entorno marginal de indigencia y malaventura. Una humanidad aparte es la que brota en sus ajados consumidores, que renunciaron a la lucha por su acomodo.

La droga, cuanto más se dilapida, con más imperiosidad se necesita. El vendedor ofrece al adolescente incauto que le “llevará al paraíso”, pero oculta que el precio que deberá pagar es la propia autodestrucción, el deterioro físico y psíquico que transformará, el paraíso de unos instantes, en un “prolongado e insoportable infierno”.

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