Por Yusif Babanly
El conflicto de Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán fue uno de los más sangrientos de Eurasia. Aunque el cese de fuego fue firmado en mayo de 1994, sellando el estatus quo por cerca de dos décadas, el conflicto dista mucho de estar congelado. Periódicos tiroteos en la línea de contacto han cobrado centenares de vidas en el curso de los pasados 21 años.
Desde la firma del acuerdo del cese de fuego, las negociaciones para alcanzar el tratado de paz final se han revestido de muchas formas. Aparte de las mediaciones del Grupo Minsk de la OSCE y de los líderes de grupos regionales interesados, grupos de diplomáticos culturales y públicos han emprendido viajes a la región y a las capitales de los respectivos países, en un esfuerzo por reconciliar y encontrar un lenguaje común.
Normalmente, la mayor parte de los destinos de estos viajes eran Shusha, cuna de la cultura azerbaiyana, o bien Bakú o Ereván. Las autoridades separatistas que controlan Nagorno-Karabaj, siempre han tratado de mostrar como ellos han conservado limpia la ciudad de Shusha, otrora con mayoría azerbaiyana, y como han restaurado los monumentos culturales. Sin embargo, hay una ciudad azerbaiyana, cuya virtual desaparición prueba que la actitud es exactamente la contraria. El nombre de esta ciudad es Agdam, que ha sido virtualmente arrasada e incendiada por las tropas armenias en el verano de 1993.
Agdam fue uno de los distritos más grandes de Karabaj. Geográficamente ubicado en el Bajo Karabaj, justo fuera de los límites de la ex Región Autónoma de Nagorno-Karabaj (NKAO), el distrito de Agdam cubre 1.094 kilómetros cuadrados y hasta julio de 1993 tenía una población de 153.000. El centro regional del distrito era la ciudad tocaya de Agdam. Densamente poblada, casi todos sus residentes eran étnicamente azerbaiyanos. Esta era la ciudad desde la cual la multitud de manifestantes azerbaiyanos marchó hacia Khankendi (antiguamente Stepanakert) para protestar contra las acciones de la República Socialista Soviética de Armenia y de los diputados de la NKAO que anexaron Nagorno-Karabaj a Armenia el 22 de febrero de 1988, y que causaron las primeras víctimas del conflicto – dos jóvenes azeríes, Ali Hajiyev y Bakhtiyar Guliyev, muertos por los armenios como resultado de un enfrentamiento cerca de Askeran. Esta fue la única ciudad donde las fuerzas azerbaiyanas serían estacionadas para operativos de ayuda, que tenían como fin rescatar civiles azerbaiyanos de las ciudades sitiadas dentro de Nagorno-Karabaj. Este es el distrito hacia donde huyeron los sobrevivientes de la masacre de Khojaly, cuando las tropas armenias cometieron el peor crimen del conflicto, exterminando a 613 civiles azerbaiyanos el 25 y 26 de febrero de 1992.
En las primeras etapas del conflicto, antes de la escalada de hostilidades, los armenios estaban tratando insistentemente de desmoralizar a los residentes de Agdam, apelando a lo que un experto en el conflicto de Nagorno-Karabaj, Charles van der Leeuw, llama el “el arma en cuyo uso ellos [los armenios] se han destacado por generaciones” – el terrorismo. (Azerbaijan: A Quest for Identity– Azerbaiyán: Una Cruzada por la Identidad, St. Martin Press, 1998, pág. 182). Para ejecutar esta estrategia, una serie de actos terroristas fueron cometidos por terroristas armenios en las cercanías de Agdam. Por ejemplo, en agosto de 1990, terroristas armenios hicieron volar el autobús que iba de Tbilisi a Agdam, matando a 20 civiles; en septiembre de 1991 ellos atacaron los autobuses que hacían el recorrido Agdam-Khojavend y Agdam-Garadaghly, matando a 5 y 8 civiles, respectivamente; en enero de 1992, entre Agdam y Shusha fue abatido un helicóptero que transportaba a residentes de Shusha, matando a todos los pasajeros civiles a bordo.
La ocupación de Agdam era de importancia estratégica para el liderazgo armenio. Aparte de la proximidad de la ciudad a los objetivos militares armenios, desplegados en Askeran, Agdere y Khankendi, capturar y limpiar étnicamente una de las ciudades más grandes en Azerbaiyán central, antes que cualquier otra ciudad azerbaiyana al este de la línea del frente, cambiaría el curso de toda la guerra. Aún se ignora si la ocupación de Agdam fue meticulosamente planeada con meses de anticipación, o se produjo para sostener el impulso de la ofensiva armenia.
En cualquier caso, Agdam se convirtió en parte de la ofensiva armenia a gran escala, que comenzó en febrero de 1993. Una masiva campaña de liberación comenzada por fuerzas azerbaiyanas en junio de 1992, devolvió exitosamente la mitad de Nagorno-Karabaj al control azerbaiyano. En unos pocos meses las fuerzas azerbaiyanas llegaron a la proximidad de Khankendi. Esto aparentemente puso en peligro los intereses de Rusia en el sur del Cáucaso, llevando subsecuentemente hacia fines de 1992 a una serie de reuniones entre el liderazgo militar ruso y el gobierno azerbaiyano, para presionar a este último a que permita una fuerza de preservación de la paz en suelo azerbaiyano. Previendo el resultado final que, sin duda, eventualmente socavaría la independencia azerbaiyana, el gobierno de Azerbaiyán rechazo el ofrecimiento. Esta negativa subsecuentemente le causó a Azerbaiyán la pérdida de más territorios. En el mensaje directo del ministro de Defensa ruso, coronel Grachev, se puede leer: “Perfecto, y entonces las fuerzas armenias va a tomar Kelbajar”. (Black Garden: Armenia and Azerbaijan Through Peace and War, Thomas De Waal– Jardín Negro: Armenia y Azerbaiyán a Través de la Guerra y la Paz, Thomas De Waal, Nueva York y Londres, New York University Press, 2003, pág. 203), El liderazgo ruso estaba dando a entender que la próxima victoria armeniasería facilitada por el ejército ruso.
En febrero de 1993, fuerzas armenias, confiadas y re-armadas hasta los dientes, comenzaron una ofensiva, obligando a las fuerzas azerbaiyanas a retroceder. Para el fin del mes, ellos re-ocuparon las estratégicas aldeas deSrkhavend, Chldiran, Devedashi y Yayici en el distrito de Kelbajar (estas aldeas eran parte del distrito de Agdere – antiguamente Mardakert – las cuales fueron entonces fusionadas con Kelbajar a fines de 1992, luego de una nueva división administrativa entre los distritos de Terter y Kelbajar) inmediatamente al oeste de Agdam y tomaron el control sobre la planta hidroeléctrica de Sarsang. La operación desató una cadena de eventos que llevaron a una rápida escalada de la situación y provocaron una crisis política en el país. En primer lugar, el coronel Surat Husseinov, quien había conducido la campaña de liberación en 1992 con su brigada 709, fue acusado de una “inadecuada defensa de la región” (Agdere), al haber retirado del distrito la artillería pesada, abriendo así el camino para el avance sin oposición de las tropas armenias, y fue relevado del mando a fines de febrero. En segundo lugar, la ocupación del distrito de Kelbajar a principios de abril, se convirtió en una prueba obvia de que los rusos estaban determinados a mantener su promesa y ayudar a Armenia en su guerra contra Azerbaiyán. Un clamor de protesta dirigido a la comunidad internacional dio como resultado que la Resolución 822 del Consejo de Seguridad de la ONU exhortara a las fuerzas armenias a retirarse incondicionalmente de Kelbajar y permitir el regreso de los refugiados, pero el documento difícilmente tuvo algún impacto tangible. Una mediación conjunta de EEUU, Rusia y Turquía ofreció un plan para un cese de fuego de seis días, el fin del bloqueo de Armenia y la continuación de las conversaciones de paz. Como una señal de buena voluntad, Azerbaiyán efectivamente declaró un cese de fuego el 24 de mayo y manifestó su disposición para aceptar 500 observadores militares de la OSCE en el terreno, pero los armenios estaban aparentemente determinados a tomar Agdam y esa es la razón por la cual en junio ellos pidieron demorar la implementación del plan.
El 4 de junio de 1993, un desafiante coronel Suret Husseinov acusó al gobierno de Abulfaz Elchibey de manejar en forma impropia la situación y exigió su renuncia, retiró a sus tropas de Karabaj y marchó hacia Bakú. Dado que Husseinov tenía una estrecha relación con la élite militar rusa, muchos vieron en sus audaces acciones un signo de la intervención rusa para derribar al gobierno. La crisis política y el desbarajuste en la línea del frente envalentonaron al ejército armenio. El 12 de junio, las tropas armenias comenzaron una ofensiva masiva sobre todos los perímetros del distrito de Agdam. La primera altura estratégica, la montaña Farrukh, a 10 kilómetros al norte de Agdam, fue ocupada el 12 de junio, lo cual permitió un bombardeo permanente de la ciudad en las semanas venideras. El mismo día, los armenios capturaron dos grandes asentamientos azerbaiyanos, el de Yusifjanli y el de Merzili, 7 kilómetros al sureste de Agdam. De acuerdo con el grupo Observatorio de los Derechos Humanos, las tropas armenias saquearon, hicieron limpieza étnica y quemaron aldeas en un truculento intento de prevenir que los refugiados escapados pudieran volver a su hogar. Se cree que Monte Melkonian, uno de los comandantes armenios, condecorado por los armenios como un héroe de guerra y conocido por el resto del mundo como un infame terrorista, fue muerto durante la ocupación de Merzili.
El 5 de julio la ciudad de Agdam fue virtualmente rodeada desde todos lados y bombardeada por misiles Grad hasta el 23 de julio, un día antes de que cayera en manos del enemigo. La ciudad fue sistemáticamente saqueada y quemada pulgada a pulgada, con el humo del incendio visible en un radio de 20 kilómetros. Basándose en declaraciones de un diplomático occidental, el Observatorio de Derechos Humanos informó que este hecho específico de quemar la ciudad no fue “el resultado de tropas indisciplinadas, sino un plan bien orquestado” organizado por las autoridades armenias. Como resultado de la ocupación, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la Resolución 853, basada en un informe del presidente del Grupo Minsk de la OSCE, Mario Rafaelli, condenando la ocupación de Agdam, instando a la retirada de las tropas de ocupación y al retorno de los refugiados. Es innecesario decir, que Armenia aún tiene que cumplir con ella. (Azerbaijan: Seven Years of Conflict in Nagorno-Karabakh, by Human Rights Watch/Helsinki Organization, Azerbaiyán: Siete años de conflicto en Nagorno--Karabaj, por el Observatorio de Derechos Humanos/Organización Helsinki, 1994, páginas 16-48).
Después que Agdam fuera ocupada, el frente azerbaiyano cayó en un caos casi completo. Para fines de agosto, cuando los siguientes tres distritos azerbaiyanos de Fizuli, Jabrayil y Gubadly cayeron en manos de tropas armenias, el sentimiento entre los militares y el público en general era que la guerra no había sido peleada contra los armenios en si, sino contra sus amos inmediatos de Moscú, con un punto de apoyo militar en Gyumri. El flujo gratis de armas pesadas que atravesaban las líneas de defensa azerbaiyanas fue un claro indicador que esta había sido la promesa cumplida por el coronel Grachev, como una venganza por haber dejado voluntariamente a los rusos fuera del suelo azerbaiyano. El resultado final no fue solo el mero hecho de que muchas regiones cayeron una después de la otra, como una fila de dominó, sino que el público desmoralizado dejó de creer en la victoria y en que se podrían neutralizar los esfuerzos liderados por Rusia para desintegrar a Azerbaiyán. Esto causó un gran desbarajuste en el sistema militar azerbaiyano y eventualmente abrió el camino a la ocupación garantizada de una quinta parte del territorio azerbaiyano en el rincón suroccidental del país.
El verano de 1993 fue un gran desafío para el presidente interino de Azerbaiyán, presidente del Parlamento de Azerbaiyán, Heydar Aliyev. Por un lado, aspiraciones irredentistas en las regiones norteñas de Azerbaiyán, con signos visibles de intromisión rusa; por el otro, el siempre desafiante coronel Alikram Humbatov en el sur declarando su propia República de Talysh-Mughan Republic, ambos ayudando a fragmentar un estado soberano, mientras las ofensivas armenias sobre Karabaj iban ganado impulso. Sólo después de que ambos movimientos separatistas, en el norte y en el sur, fracasaron, el liderazgo azerbaiyano pudo fortalecer el aparato gubernamental y comenzar una contra-ofensiva en diciembre de 1993. Aunque la campaña de liberación logro sustanciales victorias en el norte y el sureste de la línea del frente, el distrito grande de Agdam no fue liberado.
De acuerdo con el informe del año 2000 del Comité Estadounidense de Refugiados, de los 153.000 residentes de Agdam, 128.584 se han convertido en PDI (personas desplazadas internamente). La ocupación de Agdam causó una destrucción material por un valor de 6.179 mil millones de dólares. La toma de varias aldeas del distrito fue acompañada de brutalidad extrema y violación de las convenciones de Ginebra. En el curso de la ofensiva armenia que duró un mes, 5.897 azerbaiyanos murieron en el distrito, una de las cantidades más grandes de bajas por distrito, en el período de la guerra azerbaiyano-armenia.
Hoy, la ciudad de Agdam yace silente. Las ruinas son la única atracción en este otrora vibrante centro regional. La mezquita central de Agdam, que siempre se alzó orgullosa sobre la ciudad como un hermoso hito, ahora sólo puede ofrecer la vista de un horizonte muerto, lleno de ruinas vacías y árboles quemados.
Yusif Babanly es co-fundador de U.S.Azeris Network
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