La primera ministra británica Theresa May activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el próximo miércoles 29 de marzo. El portavoz de la residencia oficial -número 10 de Downing Street- indicó que la jefa del Gobierno comparecerá ante el Parlamento ese mismo día para informar que ha invocado el artículo que inicia el proceso formal de negociaciones para la salida del bloque europeo.
La líder conservadora, fiel a su propio calendario y tras resistir las presiones de los partidarios del Brexit en su propio gabinete, está completando la carta que remitirá a Bruselas y que está previsto que llegue a su destino el miércoles de la próxima semana, según confirmó el representante permanente del Reino Unido ante la Unión Europea (UE), Tim Barrow.
Tras recibir esta misiva, el Consejo Europeo aprobará las llamadas líneas de negociación con Londres. A partir de ahí, la Comisión enviará un mandato de diálogo que los jefes de Estado y de Gobierno deberán refrendar para que sea el Ejecutivo comunitario -a través de la persona que ha elegido para esta tarea, Michel Barnier- quien lleve la voz cantante en el proceso de divorcio.
Según fuentes de Downing Street se espera que este periodo de conversaciones termine con la retirada del Reino Unido de la UE el 29 de marzo de 2019, casi tres años después de que los británicos votasen en un referéndum a favor de salir del “club” comunitario.
May informará a los diputados sobre la activación del artículo 50 en una declaración parlamentaria al término de la sesión semanal de preguntas a la primera ministra en la Cámara de los Comunes, que se celebra cada miércoles.
Por su parte, el ministro británico para la salida de la UE, David Davis, dijo este lunes en un comunicado que “el pueblo del Reino Unido tomó la decisión histórica de salir de la UE. El próximo miércoles, el Gobierno cumplirá con esa decisión y empezará formalmente el proceso para activar el artículo 50”.
El citado artículo, en vigor desde el 1 de diciembre de 2009, contempla por primera vez la posibilidad que un Estado miembro decida voluntariamente abandonar el bloque, en un procedimiento que no está detallado, pero sí establece un plazo de dos años para alcanzar un acuerdo y abre la posibilidad de una prórroga.
La Comisión Europea (CE), en tanto, aseguró que “todo está preparado” para recibir la carta de May. “Estamos esperando la carta; ahora sabemos que vendrá el 29” de marzo, indicó en la rueda de prensa diaria de la CE el portavoz jefe comunitario, Margaritis Schinas.
El portavoz señaló que el primer paso tras la notificación será la adopción de las directrices de la negociación por parte del Consejo Europeo, algo que tendrá lugar en una cumbre de líderes que convocará el presidente de esa institución, Donald Tusk.
Después de ese paso, la CE “inmediatamente emitirá una recomendación” para abrir las negociaciones, y el Consejo adoptará esa recomendación y dará formalmente el mandato al ex comisario y ex ministro francés (Barnier) como jefe negociador.
El Consejo Europeo extraordinario para adoptar las directrices de negociación tendrá lugar “a principios de mayo, más o menos cuatro semanas después de la notificación”, confirmaron fuentes europeas. Barnier “hablará cuando tenga cosas que decir”, comentó Schinas.
“Imagino que el día que la notificación llegue habrá también una declaración de los 27 y no me extrañaría que el negociador se explique en la declaración pública de los 27”, agregó el portavoz.
El ministro, a cargo de las futuras negociaciones sobre la retirada británica, subrayó que se trata de la negociación “más importante” para el país en “una generación”.
“El Gobierno es claro sobre sus objetivos: un acuerdo que funcione para cada nación y región del Reino Unido y ciertamente para toda Europa. Una relación nueva, positiva entre el Reino Unido y nuestros amigos y aliados en la Unión Europea”, añadió.
El 23 de junio de 2016 se realizó el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, y allí un 51,9% de los votantes se mostró partidario por el Brexit, mientras 48,1% votó permanecer. En la histórica votación, Escocia, Irlanda del Norte y Gibraltar, además de la mayoría de Londres, predominó la opción de la permanencia.
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