Por Juan Pablo Fernández Bogado
La definición del término desempleo dice que el mismo se conceptúa como la falta de trabajo, entonces tenemos que un desempleado es aquella persona que formando parte de la población activa, es decir se encuentra en edad de trabajar y que busca empleo no logra conseguirlo. Esta situación hace énfasis a la imposibilidad de trabajar pese a la voluntad de la persona.
El covid trajo consigo una ola de pérdida de trabajos para muchos y esto incluye no solo a aquellos que eran subordinados con un sueldo fijo mensual, sino que también afectó a todos aquellos emprendedores, soñadores y valientes que se embarcaron en la aventura de la independencia y la empresa propia. Hay un redescubrir de la familia como núcleo social, no solo como proveedora de lo económico, sino como fuerza de equilibrio emocional, sicológico siendo en la mayoría de los casos la fortaleza que lo mantiene a uno para sobrellevar el caos individual y colectivo que ha coronado este virus.
Hoy día vemos como el paraguayo pese a la penumbrosa situación laboral que vivimos ha hecho brillar su creatividad para ganarse el pan de cada día, el rubro gastronómico, uno de los más afectados se reinventó con combos económicos, delivery, promociones tratando de sobrellevar esta pandemia y ni que decir de los artistas, nos hemos visto sorprendidos ante conciertos y obras de teatro on line, siempre amando lo que hacen y tratando de llegar al corazón de todos y en medio de esta incertidumbre dando un cálido momento de fantasía al deleitarnos con sus dotes, sin que los mismos reciban un subsidio del estado, mientras empresas privilegiadas reciben sanciones que parecen un chiste en connivencia con alguno funcionarios públicos que disfrutan de un gran adelanto.
Hemos sido partícipes de la historia, porque de acá a 10 años esta pandemia será material de estudio de muchos recordando la cantidad de muertes que hubo a nivel mundial. Vivimos días donde se vuelve a las antiguas prácticas como el trueque en formato digital, donde no solo se intercambian objetos sino que la gente ofrece sus servicios personales a cambio de paliar sus necesidades básicas y los cachivaches que tenemos en nuestras casas han salvado en muchos casos la comida del día.
Las cuentas siguen llegando y las deudas crecen. Vivimos en tiempos en los cuales veremos de que esta hecho el ser humano y su profunda naturaleza, si la mayoría tiene en su esencia la codicia, la indolencia y la falta de solidaridad, o por el contrario renaceremos como especie a través del compartir, la fraternidad, la empatía y el amor. Que sea la alteridad el eje sobre el cual no solo nosotros sino quienes nos dirigen y representan nos resuciten como país y sea nuestra nación la más próspera del continente.
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