Una lectura muy dura se ha dado en México a la liberación del General Salvador Cienfuegos, luego que las autoridades estadounidenses permitieron el regreso al país, del ex Secretario de la Defensa Nacional.
Cienfuegos no fue exonerado, sin embargo, muchas son las voces que tanto en México como en Estados Unidos hablan de la “soberanía de la impunidad” que ha sido el resultado de una aparente negociación política, donde todo indica que el Presidente Donald Trump, devolvió el favor a su homólogo Andrés Manuel López Obrador, quien a la fecha se ha resistido en reconocer el triunfo de Joe Biden.
Es grave analizar el caso Cienfuegos, pues se deduce que hoy los militares en México no solo tienen poderes fácticos y económicos, sino también un peso en las decisiones que ponen en duda, la actuación del Presidente Andrés Manuel López Obrador quien abrió la puerta grande, para el arribo de Cienfuegos a México.
La periodista Anabel Hernández, una de las mujeres que ha dado especial seguimiento e investigación sobre los vínculos del General con algunos personajes de la delincuencia organizada, al citar la existencia de carpetas muy bien documentadas en cortes norteamericanas, que contienen la copia de mensajes de Cienfuegos con algunos personajes delictivos.
Todo lo anterior nos obliga a replantear quién o quiénes aconsejaron al Presidente de México maniobrar de esta forma para regresar al país a un militar de alto rango indiciado que difícilmente será investigado y que probablemente sea protegido por toda la información que tiene en su poder, y por los vínculos que seguramente involucrarían a una cadena de altos mandos militares en funciones.
Son varias las voces que señalan al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, como la mano ejecutora en la burda negociación con el gobierno de Trump.
Tal parece que Ebrard fungió como “la celestina” entre los gobiernos de ambos países, para lograr el regreso de un militar con serias acusaciones y con muchos tentáculos en las fuerzas castrenses.
Las decisiones de dos gobiernos hoy ventilan una presunta negociación por encima de la aplicación de la justicia, lo que sin duda golpea más al Presidente de México cuya bandera contra la corrupción ha sido rasgada frente a un acto de abierto intercambio de impunidad.
Los militares en México doblaron a un Presidente que por encima de su discurso de cuarta transformación en un nuevo régimen, acumula dos grandes actos erráticos que hoy le endosan una etiqueta que lo vincula con personajes de alto riesgo:
La liberación de Ovidio Guzmán el hijo del Chapo Guzmán, el ex líder del Cártel de Sinaloa y hoy el rescate de Cienfuegos un hombre que se presume maniobró y negoció con las organizaciones criminales en México.
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