Las historias son atroces, desgarradoras, rayan en la barbarie de una sociedad en franca descomposición, donde la violencia se ha concentrado en asesinar mujeres.
México enfrenta una emergencia nacional no reconocida por su gobierno ni por muchas instituciones, en un país donde los feminicidios son las noticias que diariamente aparecen en titulares como una pandemia que se multiplican por diferentes regiones del país.
Las desapariciones se han convertido en las informaciones que fluyen diariamente en diferentes horarios en el transcurso de un solo día.
Familiares de Niñas, adolescentes, jovencitas y mujeres en edad adulta distribuyen sus fotos en las redes sociales mexicanas, donde todos los días se amanece con esas noticias espeluznantes que generan el enojo social ante la reacción de un gobierno que desdeña, ignora, minimiza y atribuye la muerte de sus mujeres a un neoliberalismo del pasado reciente que es difícil de erradicar.
El feminicidio infantil de Fátima, una niña de 8 ocho años que perdió la vida en condiciones aberrantes y dolosas a manos de una pareja adulta, catapultó la indignación de un país donde ya es difícil vivir si eres mujer.
Los patrones de conducta, estereotipos sociales e incremento de una violencia en el tejido social han propiciado que los asesinatos de mujeres se repliquen sin freno y rebasando al gobierno en todos sus niveles.
La respuesta las mujeres mexicanas ante el desbordamiento de feminicidios ha sido convocar a una protesta para el próximo 9 de marzo donde se plantea #UnDíaSínMujeres es decir, paralizar a un país donde habitamos más de 63 millones de mujeres.
El paro plantea que las mujeres por un día se mantengan inactivas y muestren la fuerza productiva y social en un país con 125 millones de habitantes.
La politización del movimiento se promueve y descalifica desde los grupos de izquierda afines al López-Obradorismo. En tanto la derecha y partidos anexos buscan la forma de capitalizar una protesta que una vez más los está rebasando a todos.
El clamor social para frenar las muertes de mujeres ha propiciado la reacción de una sociedad civil que muestra indignación ante la reacción de un Presidente que ha minimizado los feminicidios, relegándolos a un tema menor en su agenda gubernamental.
Asimismo, la respuesta de la clase política mexicana ha sido deleznable e indolente en un tema donde las mujeres se están convirtiendo en estadística de muertes.
El colectivo femenino Brujas del Mar es quien convocó a este paro que se prevé mueva las fibras de un país donde hoy se siente mucho dolor e impotencia.
Las reacciones de los diferentes sectores de la sociedad se han ido sumando públicamente para respaldar el 9 de marzo #UnDíaSinMujeres.
Diferentes campañas nacidas desde la sociedad civil están encabezando la difusión para animar a una sociedad a respaldar el manifiesto de inconformidad.
Mujeres de varios países sumaron su sororidad con México al levantar la voz y señalar a los feminicidios como los grandes ausentes en las agendas de políticas públicas de los gobiernos en América Latina.
#MujeresDefendiendoMujeres una frase que refleja el coraje de miles de mexicanas que están visibilizando la violencia y el peligro de vivir en un país con una gran descomposición social.
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