Corrupción en el Ministerio de Obras del Paraguay pone en riesgo inversión de US$ 800 millones. En el ojo de la tormenta está el actual Vice Ministro Ignacio Gómez quien pone en jaque al gobierno de Mario Abdo Benítez.
El Paraguay surge hoy como un atractivo interesante para la inversión extranjera, su situación económica, geográfica, social y política así lo viene demostrando desde hace más de una década. No obstante a ello, siguen algunas viejas prácticas que no le permiten despegar del todo como por ejemplo el haber otorgado en carácter de obsequio una cedula de identidad y pasaporte auténticos pero de contenido falso al astro mundial del futbol Ronaldinho Gaucho para vaya a saber uno que intenciones tenía en el país.
Y dentro de este contexto, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, que es la cartera del Estado encargada de administrar la inversión en infraestructura se lleva toda la atención. Un tsunami amenaza en convertirse en un desastre. Internas, rivalidades de todo tipo y cambios permanentes en la estructura del funcionamiento ministerial cargan de incertidumbre el clima laboral en la institución, fomentando la discrecionalidad, el patrimonialismo clientelar y el miedo, siendo estas las peores prácticas que nos dejó la dictadura Stronista en términos de administración pública y que ahora ponen en riesgo más de USD 800 millones de inversión previstas para obras públicas.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en su informe Notas de Infraestructura, de abril de 2019, indica que en Paraguay las necesidades de inversión en infraestructura física superan el 70% del Producto Interno Bruto (PIB) de 2017. Este dato tan revelador contrasta notablemente con el exiguo 4%, el porcentaje del PIB que, ese mismo año, representaba el nivel de inversión pública en el sector.
En la misma línea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ubica al país un 40% por debajo de la frontera de eficiencia, en cuanto a la capacidad de convertir el gasto de inversión pública en infraestructura concreta. Este dato se vincula también con los del informe Infrascope 2019 del BID, donde Paraguay alcanza el lugar número 20, entre 21 países de América Latina y el Caribe, en la sección que califica si posee un ambiente facilitador para llevar adelante proyectos bajo Alianza Público Privada (APP). Es bueno recordar que esta herramienta representa la posibilidad de construir, de manera mucho más eficiente y rápida, las infraestructuras necesarias para el crecimiento del país.
Este mismo informe resalta que Paraguay presenta aún una brecha significativa para alcanzar sus necesidades de desarrollo en infraestructura, ubicándose en el puesto número 17, de entre 21 países. Así se evidencia que, si bien el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) incrementó la inversión en el sector, la brecha sigue siendo alta y alcanza unos USD 21.000 millones.
Nada alentadores, estos datos ponen de manifiesto el compromiso impostergable de éste y los siguientes Gobiernos de continuar avanzando hacia una cada vez más elevada inversión en obras públicas. El país debe crecer a razón de una inversión anual de 1.500.000.000 US$ en infraestructura de todo tipo, solo así se podrá dotar al país de las bases necesarias para un crecimiento sostenido y sostenible. Este crecimiento, a su vez, deberá traducirse en mejores condiciones de vida para todos los ciudadanos del país, en particular para quienes viven en los territorios más alejados de la capital.
En este contexto poco auspicioso, el rol que le toca ejercer al Ministerio resulta estratégico. A su cargo está, en este momento, la ejecución de unas 200 obras viales. Entre ellas, y de acuerdo al anuncio realizado por el ministro Arnoldo Wiens, se destacan, por su importancia, la Costanera Sur en la Ciudad de Asunción, el segundo puente a Chaco i, la costanera de la Ciudad de Pilar, el mejoramiento de más de 15.000 km de caminos, y 1.000 metros lineales de puentes de hormigón armado. Deben sumarse, además, la reconstrucción de la ruta Transchaco, así como la del ramal Pozo Colorado-Concepción y el tramo Alberdi Pilar. La ejecución de esta cantidad inmensa de obras, poco usuales para el país, requiere de un capital humano altamente entrenado y con conocimientos acabados del buen arte de la construcción, materia pendiente en el funcionariado tradicional del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones acostumbrado eternamente a ser meros gestores administrativos de contratos.
Dentro de este contexto, actualmente se encuentra en pleno proceso la licitación para la pavimentación del tramo Desvío Alberdi a Pilar, Tramo 1 que por tercera vez en la historia de esta convocatoria se encuentra disponible para los oferentes. Esta obra es esperada ansiosamente por todos los pobladores del Departamento de Ñeembucu, olvidados eternamente por las administraciones anteriores. El proceso anterior fue cancelado a principios del año 2019 por motivos poco claros en un concurso en el cual, la firma del ex suegro del actual Presidente de la Republica de este país, la Constructora Asunción y Asociados integrado por EDB Construcciones y Constructora Asunción S.A. presentaron documentos presuntamente falsificados como parte de su legajo, sin que nadie en aquel país haya investigado a profundidad sobre esta cuestión.
Más recientemente, los medios de comunicación del Paraguay mencionan la cancelación del proceso de adjudicación de la licitación Pública Nacional para la Fiscalización de las obras de construcción del segundo puente sobre el Rio Paraguay en la Ciudad de Asunción que conecta con la localidad de Chaco i, obra de envergadura con requisitos de experiencia previos de empresas y profesionales con antecedentes en construcción de puentes atirantados argumentando una falta de disponibilidad presupuestaria, pero la verdad de la cuestión es que una empresa ligada al ex Jefe de Gabinete del Primer Mandatario se encuentra pugnando por esta tarea. La misma no cumple con los requisitos establecidos y la operación de cancelación del proceso es una consecuencia de un manejo poco claro y dudoso por parte del Comité de Evaluación liderado por el mismo Vice Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones Ignacio Gómez.
El Ministro Arnoldo Wiens es hoy la cabeza de una estructura antigua del Ministerio, acostumbrada siempre a las viejas prácticas que hoy en día volvieron a aparecer alevosamente. Los rumores hoy se confirman en relación a la intención de que Wiens sea el próximo candidato a Presidente de la Republica por el movimiento político del actual Presidente. Sus aspiraciones políticas dependen claramente de su actuación al mando de este Ministerio.
A la luz de esta realidad, la ineficiencia y la falta de ética de quienes tienen a su cargo la ejecución de las obras en el MOPC son los ingredientes infaltables de una fórmula perversa, que mantiene al país sumido en la precariedad y el atraso, en donde los intereses políticos y económicos se encuentran siempre por encima de la calidad de ejecución de las obras.
De nada vale entonces el anuncio de 200 o 2.000 obras públicas, si éstas se hallan atravesadas por la corrupción. Porque no se trata solo de cantidad y de avanzar hacia la superación de la brecha. El objetivo es aportar al país las obras que necesita para superar el histórico déficit de infraestructura, pero con garantía de calidad.
Así, quienes hoy tienen bajo su responsabilidad la ejecución de las obras públicas deben recordar que la ética constituye un valor insoslayable, a la hora de ejercer el cargo. Y esa ética no solo debe orientarse a la gestión de la ejecución de las obras. También debe estar presente en el trato justo y respetuoso a cada persona, dentro y fuera de la institución. Porque son las personas las que construyen los equipos y son éstos, finalmente, los artífices del resultado esperado.
De esta manera, ética y eficiencia se convertirán en los elementos principales de un círculo virtuoso, que contribuya a superar la histórica brecha de infraestructura, y garantice el desarrollo a todos los paraguayos. Deben soplar vientos de cambio en el MOPC.
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