Oficina del Secretario de Prensa de la Casa Blanca
En 2009 el presidente Obama lanzó una ambiciosa agenda global para prevenir que los materiales nucleares cayeran en manos inapropiadas. Durante su visita a Praga, el presidente instó a la comunidad internacional para que impida a los terroristas obtener acceso a las piezas necesarias para crear una bomba nuclear, poniéndole fin a la producción de materiales aptos para fabricar armas y resguardando todo el material nuclear vulnerable dentro de los próximos cuatro años. Él exhortó a los países que pongan bajo llave los materiales sensitivos, desbaraten los mercados negros, detecten e intercepten materiales en tránsito y usen armas financieras para trabar su comercialización.
Convirtiendo esta ambición en acción, el presidente convocó en 2010, en Washington, DC, a una Reunión Cumbre de Seguridad Nuclear, que no tenía precedentes. Cuarenta y siete países de cada región del mundo se comprometieron a trabajar juntos para asegurarse de que los materiales nucleares no puedan ser vendidos, robados o convertidos en armas nucleares.
Lo que está en juego es grave y la amenaza es real. El peligro del terrorismo nuclear es una de las más grandes amenazas a nuestra seguridad colectiva. La parte más difícil de hacer un arma nuclear consiste en conseguir el material. Incluso una pequeña cantidad de material nuclear podría matar y herir a centenares de miles de personas inocentes. Las redes terroristas podrían adquirir materiales para armar su propia arma nuclear, destruyendo la paz mundial y la estabilidad, y causando una extraordinaria pérdida de vidas y un gran daño económico global.
Desde 2009, el mundo ha logrado un progreso sustancial. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó en forma unánime la Resolución 1887, apoyando un amplio plan para poner a buen recaudo todos los materiales nucleares. Algunos países, individualmente, han tomado acciones específicas y concretas para resguardar todos los materiales nucleares en sus países y para prevenir el comercio ilegal y el contrabando. El mundo ha trabajado para reforzar la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) y para asegurarse de que tenga los recursos y la autoridad que necesita para hacer frente a sus responsabilidades. Y hemos trabajado a fin de convertir la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear en una institución internacional perdurable.
A principios de este año, los Estados Unidos y Rusia complementaron la implementación del Acuerdo Estadounidense-Ruso de Compra de Uranio Enriquecido, que data de 1993, uno de los más exitosos programas de no proliferación de nuestra historia. El Uranio de Bajo Enriquecimiento, proveniente de 500 toneladas métricas de uranio enriquecido, mezclado de 20.000 ojivas nucleares rusas, se convirtió en combustible para los reactores nucleares de EE.UU. El programa proporcionó casi el diez por ciento de toda la electricidad de EE.UU. a lo largo de los últimos quince años. Desde 2010, los EE.UU. también mezclaron 24 toneladas métricas de Uranio Altamente Enriquecido (HEU) sobrante de nuestro propio programa de armamento, y ayudaron a retirar o a confirmar el descarte de más de 2400 kilogramos de HEU y de plutonio de otros países.
A través del proceso de la Reunión Cumbre, nosotros henos establecido una red global de expertos, que trabajan en seguridad nuclear a alto nivel, en 53 gobiernos y múltiples organizaciones internacionales. Nosotros hemos ampliado la colaboración bilateral sobre seguridad nuclear a docenas de países de todo el mundo. Y las tendencias que estamos viendo son muy positivas:
La cantidad de países e instalaciones con HEU y plutonio esta decreciendo:
- Doce países han eliminado completamente el HEU o sacado el plutonio fuera de sus fronteras.
- Veintisiete países sacaron o desecharon cerca de 3000 kilogramos de HEU y sacaron el plutonio.
- Veinticuatro reactores nucleares con HEU, en 14 países, fueron exitosamente convertidos en Uranio de Bajo Enriquecimiento (LEU) para usarlo como combustible, o se verificó que fueron clausurados.
Se está incrementando la seguridad en los lugares de almacenamiento:
- Los Estados Unidos han ayudado a resguardar 218 edificios en 5 países que almacenaban materiales nucleares, pasibles de ser convertidos en armamento, por medio de actualizaciones de los sistemas de seguridad.
- Nosotros dimos respuesta efectiva a los temas de seguridad en la planta Y-12 HEU en Tennessee y estamos aplicando esas lecciones en todo nuestro complejo nuclear.
Más países están preparados para contrarrestar el contrabando nuclear:
- Los Estados Unidos están trabajando con 20 países para mejorar su capacidad de detectar, calificar, inhibir y procesar a los contrabandistas nucleares.
- 260 sitios y puertos han sido equipados con sistemas de detección de radiación y 41 dispositivos móviles de detección de radiación han sido desplegados en puntos de control internos en 15 países asociados.
- Estamos proveyendo de entrenamiento a los funcionarios de EE.UU. y naciones asociadas en materia de servicios policiales, aduanas y seguridad fronteriza.
Más países están buscando asesoramiento internacional:
- Los Estados Unidos organizaron en octubre de 2013 la primera reseña de asesoramiento internacional de seguridad.
- Otros doce países han pedido reseñas de asesoramiento internacional luego de la primera Reunión Cumbre.
La arquitectura de la seguridad nuclear es más sólida:
- Más de dos docenas de países han ratificado los tratados de seguridad nuclear clave, después de la Reunión Cumbre de 2010. Los Estados Unidos continúan insistiendo en la ratificación de estos instrumentos fundamentales.
- El equipo de seguridad nuclear de la IAEA ha sido optimizado y mejor financiado, y tiene un proceso de desarrollo con estándares más rigurosos.
- El equipo de apoyo nuclear de la INTERPOL ha sido mejorado.
Los Estados Unidos están comprometidos a continuar su liderazgo en este tema de vital importancia. Con nuestros aliados y socios, vamos a continuar trabajando para implementar una arquitectura de seguridad nuclear global, sólida y sustentable, proyectada para reducir los peligros de las armas nucleares y del terrorismo nuclear, que al mismo tiempo permita a los países desarrollar en forma más segura y eficaz los usos pacíficos de la energía nuclear.
Nosotros hemos cumplido con nuestros compromisos, mejorado la seguridad en nuestras instalaciones, y forjado nuevas asociaciones. Hemos removido materiales nucleares, y en algunos casos nos hemos deshecho enteramente de ellos. Como resultado, más materiales nucleares en el mundo nunca podrán caer en manos de terroristas, quienes los usarían contra nosotros. Aunque todavía hay mucho más por hacer, nosotros debemos estar orgullosos de todo lo que se ha logrado desde la primera Reunión Cumbre de 2010, y aprovechar la oportunidad para llevar ese progreso aún más adelante.
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