Las personas que han vivido situaciones de acoso, perdidas de seres queridos, agresiones sexuales etc., padecen fragilidad emocional en situaciones estresantes, con lo cual pueden sufrir estrés postraumático.
Aunque no todas viven los acontecimientos con idéntica intensidad y cada persona posee distintos recursos para afrontarlos, y también depende mucho del aguante y la fuerza de voluntad de cada una de ellas.
Debemos destacar:
1º) Las victimas suelen revivir la agresión sufrida o la experiencia vivida como pesadillas constantes.
2º) Muestran síntomas de irritabilidad, dificultades para conciliar el sueño y momentos de un total embotamiento, sobre todo afectivo, si no tienen apoyo ninguno.
3º) No suelen querer hablar sobre estos acontecimientos con sus seres queridos.
4º) Algunas situaciones provocan baja autoestima, sensación de incompetencia, dependiendo del tipo de problema; cuando se deben de ver las cosas como desafíos, en vez de amenazas, pero hablar es muy fácil, lo difícil es poder superarlo.
5º) Tener pensamientos positivos y repetirse a uno mismo “yo sí puedo”.
6º) Buscar pequeños objetivos y luchar por conseguirlos.
7º) Pensar en el futuro, desterrando el pasado.
Es necesario aprender estrategias, para enfrentarse a los problemas y situaciones estresantes de la vida y no evitarlas, por ello es muy importante, que alguien cercano ayude a esa persona a resolver, lo que le está destruyendo por dentro.
Lo más importante es buscar la raíz del problema y ponerse en manos de especialistas.
Después de una depresión silenciosa, se puede llegar al suicidio.
Él suicidio representa una de las diez causas principales de muerte entre los países y en la población joven entre las dos primeras causas de muerte a día de hoy.
Principalmente suele ser causa de un sufrimiento psíquico y desesperación, derivado de circunstancias vitales, como las dificultades financieras, relaciones interpersonales, soledad, problemas familiares o acoso psicológico reiterado.
Los métodos de suicidio más comunes son, el ahorcamiento, el envenenamiento, la manipulación de armas de fuego etc.
Antes de llegar al suicidio, se pasa por una depresión, ansiedad y, sobre todo, llegar a un limite donde ya no se ve más allá de ninguna solución.
Existen muchos factores que pueden delatar que una persona tiene intención de suicidarse, y que por lo general no nos damos cuenta de ello, como despedirse disimuladamente de personas queridas, hacer testamento, poner en orden algunas cosas pendientes, verse con las amistades más allegadas, por ultima vez; incluso muestra cambios de humor, como ponerse feliz y tranquilo repentinamente, después de estar triste.
Algo muy cierto y totalmente comprobado es que la persona que se quiere suicidar, lo hace todo sin llamar a ningún teléfono, como el que ahora han puesto a disposición de los intentos de suicidio, ya que tiene muy claro lo que va a hacer, en su interior hay una voz que le dice, “ya no puedo más”; por ello es muy importante, si se puede contar, con alguien muy cercano, que detecte alguna señal antes de un final fatal.
En España hacen falta muchos psicólogos desde edades muy tempranas, comenzando por los colegios e institutos, para detectar todos los problemas, que están causando los actos de mala conducta en las aulas y recreos, que vienen derivados de la pobreza, cada vez mayor en nuestro país, las familias desestructuradas o la falta de atención de algunos padres, hacia sus hijos.
Pero todos sabemos, cómo está la sanidad pública y la educación en España, desde hace muchos años, y va a peor, sin dar ninguna solución, mientras se decide sobre los días de regla dolorosa de las mujeres, que, con un analgésico específico para esta cuestión, se puede seguir trabajando, como siempre se ha hecho, pero parece que esto ahora es más importante, que tener más especialistas para la propia salud mental. Hasta donde vamos a llegar con tanto despropósito y falta de humanidad, que mientras los ricos se hacen más ricos, el índice de pobreza llega a índices de la Segunda Guerra Mundial.
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