Miles de manifestantes volvieron el martes por la tarde a una calle principal del centro de Ereván, Armenia, enfrentando a la policía antimotines, para protestar contra los fuertes aumentos en las tarifas de la electricidad, planeados en este país económicamente estrangulado.
Los manifestantes en la ciudad capital marcharon hacia el palacio presidencial unas horas después de que la policía disparara con cañones hidrantes para dispersar una pacífica sentada de toda la noche que se había realizado en el mismo lugar, deteniendo en el proceso a más de 230 manifestantes y periodistas. Las protestas, que han estado creciendo a lo largo de varios días, son las más extendidas demostraciones públicas en la capital armenia desde que activistas de la oposición congregaron a miles de personas contra la reelección del presidente Serzh Sargsyan en el 2008 y el 2009.
Las manifestaciones contra las tarifas de electricidad están menos estructuradas que las protestas pos electorales, pero aún así, ellas pueden tener una amplia resonancia en el actual clima político. La agitación en Armenia se produce al tiempo que el país está tambaleando por los prolongados efectos de la crisis económica que ha atenazado a la economía rusa a lo largo del pasado año — y, a su vez, afectado a las economías de los ex estados soviéticos que dependen de los mercados rusos y del valor del rublo. Los problemas económicos de Rusia se complicaron por las presiones de las sanciones de Occidente, impuestas en respuesta a la anexión de Crimea por parte de Moscú y a su involucramiento en Ucrania oriental, medidas punitivas que el lunes la Unión Europea aprobó extender por seis meses. Armenia recibe más del 20 por ciento de su renta nacional de las transferencias rusas, y a principios de este año se ha unido a la Unión Económica Eurasiana, liderada por Moscú. Ella depende especialmente de los flujos y reflujos de la economía rusa, y su divisa, la dracma, ha sufrido a causa de eso.
Las industrias claves de Armenia se encuentran en manos de compañías estatales rusas, que utilizan su influencia como una herramienta para doblegar a Armenia de una manera u otra. La red eléctrica de Armenia está controlada por el Circuito Eléctrico Armenio, una subsidiaria de la compañía rusa Inter RAO UES, cuyos mayores accionistas incluyen entidades rusas controladas por el estado. El mes pasado, la subsidiaria armenia anunció planes para incrementar la tarifa de la electricidad en más del 16 por ciento, comenzando en agosto. La medida se describió como necesaria, debido a la depreciación de la divisa nacional, pero los manifestantes dicen que el aumento sería demasiado grande, como para que la gente común pudiera afrontarlo.
Previamente la ArmRusGasprom, controlada por el estado, fue comprada el año pasado en su totalidad por Gasprom de Rusia, acabando así con la independencia económica de Armenia. Con ella también se terminó la independencia política. En enero del 2015, Armenia se incorporó oficialmente a la Unión Económica Eurasiana, dándole la espalda al Acuerdo de Asociación con Europa.
Durante las manifestaciones del 23 de junio, dos corresponsales del Servicio Armenio de la RFE/RL fueron apaleados por la policía, mientras estaban informando sobre un enfrentamiento entre los manifestantes y la policía en la capital de Armenia, Ereván. La policía vapuleó a por lo menos diez periodistas, incluyendo a varios otros miembros del equipo de la RFE/RL, que estaban trabajando en el lugar de la manifestación; uno de ellos fue brevemente detenido. Por lo menos una de las cámaras de la RFE/RL, utilizada para transmitir en vivo y en directo el drama que se estaba desarrollando, fue rota por la policía. Otros equipos usados por los corresponsales de la RFE/RL, también fueron dañados y las tarjetas de memoria fueron confiscadas.
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