En el sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador las mujeres para infortunio nuestro nos hemos convertido en las cifras dolorosas que marcan la muerte de aquellas que han sido víctimas de un feminicidio en México.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, difundidos por la empresa TResearch International revelan que en lo que va del gobierno López-obradorista, el país acumula 3 mil 771 feminicidios.
Las cifras están plagadas no sólo de dolor, sino también de injusticia y del silencio artero de un gobierno que invisibiliza la violencia en contra de las mujeres en México.
Los feminicidios en el país, no sólo se olvidan entre la impunidad y los largos procesos judiciales donde no se garantiza la aplicación de la justicia en contra de los feminicidas.
Mediatizar la muerte de mujeres exhibiendo tramas plagadas de amarillismo, se ha convertido en una rápida salida para autoridades y órganos de justicia en el país, que evidencian serios vacíos y corrupción a la hora de investigar los casos y sentenciar a los culpables.
Como si esto no bastara, el cinismo de los políticos ha quedado al descubierto a la hora de utilizar estos casos como las banderas para operar discursos a modo que les sirvan de promoción personal en tiempo de precampañas adelantadas.
Los nombres de muchas mujeres se pierden en la vorágine marea de las redes sociales, donde se atiza y se exhiben verdades que quedan ahí, a medias, como historias inconclusas que pierden interés cuando dejan de ser hashtags.
El discurso de odio de muchos gobernantes en contra de mujeres que abanderan una lucha pro género, deja al descubierto la etiqueta misógina de muchos gobiernos de la cuarta transformación que minimizan las muertes de sus mujeres, pretextando que “ellos tienen otros datos”.
De acuerdo a las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los diez estados que registran cifras alarmantes en feminicidios son:
Estado de México (530), Veracruz (321), Nuevo León (277), Ciudad de México (274), Jalisco (237), Puebla (167), Oaxaca (146), Sonora (141), Chihuahua (138) y Sinaloa (131).
Revelar cifras de feminicidios no es un tema de estadística, es un asunto de impunidad en los organismos de impartición de justicia y en las cúpulas de gobiernos que están en el ejercicio de funciones.
La muerte de mujeres nunca deberá normalizarse frente a los ojos de gobernantes que excusan su incompetencia en restar credibilidad a los números y casos.
México se mueve entre la simulación de hablar de paridades en el ambiente político cuando la justicia para sus mujeres no garantiza que los violentadores sean sentenciados por los horrores cometidos entre contra de mexicanas.
Los comentarios están cerrados.