Las agencias de publicidad, con la aprobación de los anunciantes, están potenciando las campañas donde aparecen los padres con dos hijos, niño y niña.
Esta es una imagen falsa de lo que es la familia. Potenciar la “parejita” es hacer un gran daño a la institución familiar. Señalo algunos de los anuncios con este tipo de mensaje: Port Aventura “disfrútalo es único”. Bayer: “Promover la salud. Mejorar la vida”. Logi Travel “Disney. Magia a tu aire. Embárcate en una aventura llena de encanto y relax para toda la familia”. En todos estos mensajes publicitarios predomina la imagen de unos padres y sus dos hijos; chiquillo y niña. Es una imagen sesgada y falaz de lo que es y significa la familia.
Por otra parte, se ha celebrado el Congreso Internacional sobre Familia y Sociedad en el que versadas personalidades han expuesto estudios que analizan la situación de la familia; su contingencia, sus apuros. Se intentan sondear recursos poderosos en defensa de la institución familiar, como reiteraba San Juan Pablo II: “El futuro de la Humanidad se fragua en la familia“.
La bajada imparable de los nacimientos retrasa un adecuado cambio generacional y transforma el continente europeo en un lugar donde, cada día, es más anciano; embarazos rezagados, caída de los enlaces matrimoniales, acrecentamiento de los abortos. Sólo en Europa se asesina a un no-nacido cada 25 segundos. Incremento de desuniones, crecida de los primogénitos engendrados fuera del matrimonio y crueldad doméstica. Una sombría perspectiva para la buena robustez de nuestra civilización, según la Declaración sobre la Evolución de la Familia en Europa, presentada por el Instituto de Política Familiar, en el Parlamento Europeo.
Cimentar la familia es viable. Nos comprometemos a recuperar la confianza en ella y preservar a la familia desde la misma estirpe. Para ello es preciso desplegar una titánica lucha ante las embestidas intencionadas de los que intentan enaltecer el desafuero contra el modelo convencional de familia, con el insólito colofón de exterminarla ya que, ante una familia débil, tendremos una sociedad enfermiza.
Debemos demandar de las autoridades unas políticas familiares eficientes, de apoyo a la familia, “que ofrezcan la posibilidad concreta a los padres de tener hijos y educarles en el seno familiar”. No debemos renunciar a la protección de la familia, puesto que es un inestimable patrimonio para las futuras generaciones.
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