El análisis de los resultados electorales puede ser realizado desde muy numerosas y diferentes perspectivas y enfoques. A mi juicio, la mayor parte del electorado ha tenido temor al sorpasso, y a la subida en número de votos de Unidos Podemos, y han cerrado filas en su apoyo a Rajoy. Todo ello unido a la cuestión del Brexit, que ha incrementado el nivel de incertidumbre de una considerable parte de los votantes. Ya que quieren seguridad, y no supuestos riesgos y aventuras. Aunque, en muchas ocasiones, los riesgos controlados proporcionan más ventajas que inconvenientes. La vida misma está llena de elementos azarosos, es algo inevitable.
Pero parte de los ciudadanos, prefieren seguir votando al Partido Popular, porque el dinero es conservador, y lo único seguro es lo que ha sucedido en el pasado. El futuro está por ver, y el presente está en marcha, y se parece a lo ya ocurrido. La mayor parte de la ciudadanía que ha votado, parece que no quiere asumir ningún tipo de riesgo, aunque sea mínimo y superable. Sobre todo, si están bien económicamente. El egoísmo absoluto es lo que manda en la sociedad actual. Es entendible, aunque injustificable moral y éticamente. El enchufismo, la corrupción, etc., parece que no tuvieran demasiada importancia. Pero, objetivamente, si la tienen.
A partir de ahora se abre un nuevo escenario de negociaciones. Parece que son posibles cinco tipos de pactos entre los partidos para formar un nuevo gobierno. Uno de ellos se produciría, si pactan PP y Ciudadanos con el apoyo de PNV y Coalición Canaria, con la abstención de un solo parlamentario se aprobaría la investidura de Rajoy. Aunque también es posible que las negociaciones fracasen, y vayamos a unas terceras elecciones dentro de, aproximadamente, seis meses.
Las encuestas no acertaron. En parte, porque no tuvieron en cuenta sus propios efectos sobre la intención de voto. Ya que al señalar que se iba a producir el sorpasso, han causado el resultado contrario, puesto que alarmaron a una parte de los votantes indecisos. Y votaron al partido que está en el poder, por si acaso.
Aunque existen más causas que explican los resultados electorales del 26 de junio en España. Por ejemplo, el temor al avance del independentismo, y la posible división del estado español. En relación con el PSOE parece que va a producirse una lucha de poder en el aparato del partido. El partido socialista ha tenido el peor resultado electoral de su historia. Y Unidos Podemos ha perdido más de un millón de votos. Probablemente, es el momento de una profunda reflexión en Podemos, especialmente, sobre el liderazgo de la formación. También creo que sería apropiado un mayor protagonismo de los círculos, y de más personas que aporten nuevas ideas, que inspiren más confianza a los posibles votantes, y sean más empáticos.
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