El Instituto Nacional de Cancerología (INCan) ha logrado pasar de una tasa de nueve meses de sobrevida a 30 con tratamientos personalizados en pacientes diagnosticados con cáncer de pulmón en etapa metastásica, es decir, cuando la patología se ha propagado en diferentes partes del cuerpo.
En México, como en otros lugares del mundo, ya es posible dar tratamiento personalizado como es el caso de biomarcadores y fármacos orales a pacientes con esta patología y que han presentado mutaciones en el factor de crecimiento epidérmico.
“En la actualidad, los tratamientos contra esta patología ya no son iguales para todos los pacientes como lo era antes con las quimioterapias, hoy a cada persona se le da un tratamiento individual”, explica el doctor Oscar Gerardo Arrieta Rodríguez, jefe del Laboratorio de Oncología Experimental de Estudios de Medicina Traslacional del INCan.
De acuerdo con el especialista del INCan, a partir de muestras del tejido tumoral, se extrae el DNA para hacer la prueba llamada PCR, por medio de la cual se analizan las mutaciones que tiene la neoplasia (masa anormal de tejido).
“Es importante encontrar y analizar mutaciones para conocer a qué es susceptible la persona, con base en ello, darle un tratamiento personalizado, por ejemplo, hay mutaciones de un factor de crecimiento epidérmico que es el receptor de las células tumorales, y la persona que lo presentan se le aplica un tratamiento con biomarcadores que resulta menos tóxico que las quimio y radioterapias”, detalla el doctor Arrieta Rodríguez.
Con el fin de conocer la frecuencia de las mutaciones en los tumores de personas en México y Latinoamérica, el INCan ha recolectado muestras de cinco mil pacientes (en México, Argentina, Perú, Costa Rica y Colombia).
Y en México la frecuencia de mutaciones de pacientes con cáncer de pulmón es del 35 al 40 por ciento, lo que conlleva a tener una mejor respuesta al tratamiento personalizado, y conocer a qué tratamientos responderá el paciente.
“Hemos logrado una mejoría en el 80 por ciento en etapa metastásica y tres veces más de sobrevida, es decir, 30 meses con buena calidad de vida; mientras con la quimioterapia la respuesta es de 30 por ciento en algunos casos”, indica Arrieta Rodríguez.
Además, investigan la expresión de moléculas en la superficie de las células tumorales, y a las evasoras del sistema inmunológico para que en un futuro sean bloqueadas.
El doctor observa que para la próxima década podrá tomarse el tumor y analizarlo con secuenciadores masivos y detectar decenas de genes con el fin de decir: “el paciente es candidato a este tratamiento, a él, no le funcionará, y a este vamos a darle esto”.
El grupo de investigación del doctor Arrieta Rodríguez participa actualmente en el proyecto de Ciencia Ciudadana “Ciencia que se respira”, donde se puso al alcance del público un cuestionario para estimar la calidad de vida en personas que tienen o han tenido cáncer, con el fin de conjuntar una gran cantidad de datos que permitan tener evidencia sobre la toma de decisiones terapéuticas.
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