Los procesos de diálogo abiertos entre los líderes de los partidos mayoritarios no están dando los resultados esperados. Parece que cada vez se aleja más la posibilidad de llegar a un pacto de investidura. Y si no se consigue, la alternativa está clara: repetir las elecciones, y prolongar esta situación de gobierno en funciones o interino hasta la primavera.
Esto es lo que parece más probable, aunque la cuestión no está cerrada, ni mucho menos. Y puede haber sorpresas. Una de ellas es que un independiente fuera presidente del Gobierno. Como, por ejemplo, el empresario propietario del grupo Mediapro Jaume Roures que aparece, en un diario digital con numerosos lectores, propuesto por un acuerdo fraguado, posiblemente este pasado viernes entre PSOE y Podemos, para presidir un gobierno progresista. Salvo que sea una inocentada, no tiene aspecto de ser algo imposible.
De todas formas, el posible pacto entre Podemos y PSOE, y algunos otros partidos de izquierdas, sería una vía para la formación de un nuevo gobierno, aunque fuera con un presidente independiente de consenso entre estas dos formaciones. Así se aseguraría, en mi opinión, una mejor y más firme gobernación del país. Porque con los escaños de los partidos progresistas, unidos en un acuerdo de gobernabilidad, se lograría una mayoría que daría una cierta estabilidad para aprobar nuevas leyes, derogar otras, etc.
Lo que considero más adecuado es este pacto entre estos dos partidos. Porque un gobierno en funciones del PP hasta casi el verano, debilitaría la economía, y crearía más tensiones políticas y sociales. Y aunque parece que los mercados ven con recelo la llegada al poder de Podemos, las decisiones políticas de este partido considero que buscarán el bienestar general y, por tanto, irán en una buena línea. En definitiva, serán razonables y profundas. A todo esto se une el factor, supuestamente moderador, en algunos aspectos del PSOE, si gobierna en coalición con Podemos, sobre todo en relación con la cuestión catalana.
Los equipos de expertos y asesores de los partidos con más votos tienen por delante una tarea apasionante, y a la vez esencial. Deben aconsejar a sus líderes, de cara a la formación del mejor gobierno posible, dadas las circunstancias existentes, desde una perspectiva socioeconómica crítica.
Si tuvieran que celebrarse unas nuevas elecciones me parece que, si los resultados fueran similares, no se arreglaría nada, y seguiríamos en una situación de incertidumbre política que no es lo mejor para el país. Y los partidos tendrían que pactar.
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