Ya Hillary Clinton lo había dicho en el pasado proceso electoral: “La campaña política es una gran conversación”. No solo es una conversación en la campaña, es la interacción o perspectiva de acción del lenguaje que continúa manifestándose y desarrollándose en la gobernanza y que marca los diferentes modelos de gobernar. Las palabras tienen poder y ese poder es un generador de acciones ya que los actos del habla cobran fuerza. Estas acciones dependerán de los verbos utilizados, lo que John Langshaw Austin señala como verbos ilocutivos en su obra Cómo hacer las cosas con palabras, de la teoría de los actos del habla. En este sentido, se puede dirigir, declarar, expresar o afirmar algo, cada verbo con una connotación única y con un efecto distinto.
Las redes sociales son el nuevo foro donde interactúa la política, es la nueva plaza pública que le brinda político de hoy una tribuna para comunicar, siendo igualmente el lugar donde el ciudadano puede expresarse libremente sin la censura de los medios de comunicación tradicionales. De esta conversación se desprenden acciones que brindan mayor dinamismo al sistema, pues no es lo mismo una opinión que un hecho. Esta conversación entre el habla y la escucha y viceversa, genera acciones traducidas en compromisos, promesas, preferencias y consecuencias a futuro.
Con la infraestructura informativa actual, podemos crear cadenas de individuos que interactúan a través de las redes sociales, creando innovación en el mensaje y mejorando la coordinación y colaboración mientras genera eficiencia en el modelo de gobernanza. La comunicación es todo, las crisis políticas han derrumbado gobiernos por un problema de comunicación, por un asunto del habla, generalmente por no haber afrontado la crisis de manera frontal y en tiempo oportuno. Un simple tweet ha acabado con carreras políticas sólidamente establecidas. Las redes sociales tienen poder, uno inmenso, pues para muestra tenemos el caso de la Primavera Árabe, donde las redes fueron ese toque de pimienta que le faltaba a lo que se estaba cocinando en esos días, el resultado fue atroz para la clase política gobernante de esos países.
En el modelo de gobierno abierto, las redes sociales adquieren otra dimensión, pues este tipo de gobierno es un buen ejemplo de conversaciones políticas que hacen posible la colaboración de las partes interesadas, donde actores como la sociedad civil tienen un rol fundamental y sus conversaciones se ven enriquecidas por las redes sociales. Las redes sociales crean un canal importante para alcanzar un acuerdo sobre metas y acciones dentro de un marco de conversaciones efectivas. La tecnología y con ella las redes sociales, están transformando la manera en que nos expresamos, están transformando a las personas y por consiguiente, a las instituciones.
Esta visión surge de la convicción de que el ciudadano es el centro de las acciones públicas. En este sentido, la gobernanza busca satisfacer las demandas de los ciudadanos y más que demandas, sus necesidades ya que cuando estas son satisfechas en tiempo oportuno, razonable y prudente se obtienen un nivel de satisfacción óptimo, es decir, buena valoración. Es aquí donde precisamente la administración pública se ve legitimada por la valoración de las personas.
Finalmente, es bien sabido que la población reflexiona en tiempo real y exige en tiempo real, por lo tanto, debe recibir respuesta en tiempo real, las redes sociales constituyen el canal donde se produce esa prontitud.
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