Un fantasma letal persigue a miles de mujeres en México.
La llamada ola verde que se ha convertido en el símbolo del feminismo empoderado, no ha sido suficiente para encaminar acciones que garanticen la integridad de las mujeres en un país donde serlo implica estar en riesgo de formar parte de la estadística más dura de los últimos tiempos: Los feminicidios.
El territorio nacional se ha convertido en un mapa aterrador a la hora de señalar esas regiones donde se siguen cometiendo asesinatos contra mujeres.
Mencionar Ecatepec es sinónimo del espeluznante riesgo que corren cientos de mujeres del Estado de México donde la vida se pierde en un suspiro.
En el transporte público, en un baile, en un taxi, caminando en la calle, saliendo del colegio, a todas horas y en todos lados, ahí van ellas, sabiendo que pueden ser las próximas.
Lamentablemente son cientos los casos de mujeres que pierden la vida en actos atroces y con extremo sadismo, como los perpetrados por asesinos seriales llamados: “Los Monstruos de Ecatepec y Toluca” respectivamente, quienes ultimaron de manera sanguinaria a varias mujeres.
La violencia de género es un fenómeno que no se ha podido revertir en un país, donde muchos patrones de conducta machista predominan no sólo en los núcleos familiares, sino también en los sociales y políticos.
El caso de María Elena Ríos Ortiz, una joven saxofonista de origen oaxaqueño que desde el pasado mes de septiembre fue víctima de un ataque con ácido en rostro y cuerpo ha conmocionado el mundo digital, no así, el real, el de las instancias que deben actuar para dar con el responsable de esta deleznable agresión.
La joven oaxaqueña ha señalado como presunto agresor a un ex diputado local oaxaqueño Juan Vera Carrizal, quien hasta el momento se mantiene libre y sin cargos.
María Elena ha vivido meses aterradores, recibiendo amenazas y buscando encontrar la ayuda médica para hacer frente a las graves quemaduras en piernas y rostro.
La viralización de la historia de la saxofonista logró que las autoridades mexicanas a través de la Conavim (Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres) le otorgaran las facilidades para ser trasladada a la capital del país y recibir atención médica.
En tanto, las autoridades oaxaqueñas tuvieron que reaccionar ante la presión y anunciar que investigan el caso para dar con el responsable.
Este caso desafortunamente no es el único. Se suma el de Annie otra chica que hace un año fue agredida por una mujer, quien le roció con ácido el rostro. Resultado de este ataque, perdió la visión en un ojo.
Los últimos ataques a mujeres en México, muestran un patrón donde las víctimas han sido mujeres empoderadas e independientes.
México vive tiempos difíciles con una ausencia en materia de políticas públicas que fortalezcan una agenda enfocada a garantizar seguridad, pero sobre todo, justicia para las mujeres que hoy en día siguen siendo el blanco de agresiones y feminicidios.
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