Este anuncio tiene un singular precedente. En febrero de 2012, los periódicos de todo el mundo dieron la noticia de que Diane Aulger, de 31 años, y natural de Colony (Texas, Estados Unidos) había adelantado el nacimiento de su bebé para que su esposo, Mark, que había entrado en la fase terminal de un cáncer, pudiera conocer y besar a la nueva hija.
Ocho meses después de que Diane quedara embarazada, Mark notó que su salud se deterioraba rápidamente. Los médicos le habían diagnosticado un cáncer de colon y le habían sometido a sesiones de quimioterapia.
La insuficiencia respiratoria se agravó y tuvo que ser trasladado al hospital, donde se detectó una fibrosis pulmonar. Diez días después, los médicos les informaron de que el estado de salud de Mark era ya terminal.
Ante esta desesperada situación, la mujer decidió adelantar el parto para que Mark pudiera estrechar entre sus brazos a su quinto hijo, antes de morir. El bebé tenía programado su nacimiento para el 29 de enero, pero pudo ver la luz el día 18 de ese mes. Mark lo tuvo en sus brazos, viéndose rodeado por su mujer y sus cuatro hijos, que miraban conmovidos la escena. Diane pudo ver cumplido su sueño: su marido sostenía en sus brazos a su hija y lloraba de emoción. Tres días después Mark quedó en coma farmacológico y murió.
Esta historia de amor y de heroísmo merecía por sí sola un spot. Pero lo más inaudito fué descubrir que, un año antes de que todo esto sucediera, una empresa tailandesa imaginó este mismo relato para un spot antológico. Lo cuenta desde el punto de vista del médico, que se sorprende ante el rasgo de generosidad de la madre (anticipar el parto para que su marido vea a la niña) y el amor inconmensurable del padre, aferrarse a la vida y resistir para vivir un poco más y poder verla.
“Dada su grave situación, pudo haberse rendido mucho tiempo atrás”. Y el doctor reflexiona: “A lo largo de nuestras vidas llegamos a hacernos muchas preguntas: ‘¿Por qué estamos aquí?’ ‘¿Para qué nacimos?’. Quizás nos hacemos las preguntas equivocadas, y la correcta es: ‘¿Para quién vivimos?’” (Fuente: Publicidad y Cine con Valores)
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