Desde que en el año 2008 se aprobó en España la Ley de Divorcio Express, los divorcios han aumentado de forma alarmante. En 1993 había 13 divorcios por cada 100 habitantes. En la actualidad de cada 100 matrimonios se rompen unos 70. También se ha producido un significativo descenso de los enlaces matrimoniales. La tasa de matrimonios por cada 1.000 habitantes ha caído dos puntos en los dos últimos años.
Para reconducir esta dramática situación y con el propósito de lograr una sociedad con futuro, en el último Congreso del Foro de la Familia, se afirmó que el divorcio no es la solución. Se ha lanzado una Iniciativa Legislativa Popular a través de la cual se pretende promover un cambio en las leyes vigentes “a fin de que un ordenamiento jurídico ampare con la fuerza de la Ley a quienes se comprometen en matrimonio con la condición de que su matrimonio sea indisoluble y reconozca la eficacia jurídica del compromiso matrimonial”.
La Iniciativa sugiere modificar el Código Civil para “crear nuevas opciones jurídicamente relevantes” que serán elegidas por los esposos “la total indisolubilidad de su relación matrimonial”.
Las conclusiones logradas por el congreso no pretenden imponer este modelo a toda la sociedad. El Foro de la Familia ha conseguido las firmas necesarias para que se inicie su tramitación parlamentaria.
El presidente del Foro de la Familia aseveró que se iniciará una campaña informativa con el fin de difundir la “bondad social del matrimonio serio y estable, denunciar la discriminación jurídica actual de quienes se quieren casar con carácter estable y promover voluntades favorables a la reforma legal propuesta”.
Benedicto XVI, en el Encuentro Mundial de las Familias invitó a los gobernantes y legisladores a reflexionar sobre el bien evidente que los hogares en paz y armonía aseguran al hombre y a la familia, centro neurálgico de la sociedad. “El objeto de las leyes es el bien integral del hombre, la respuesta a sus necesidades y aspiraciones”.
Toda persona sensata sabe que en estos momentos se está poniendo especialmente de manifiesto cómo la familia es la que sostiene la verdadera solidaridad social.
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