El surgimiento de este nuevo medio de cultura, arte y comunicación es, extraordinariamente positivo, para el ambiente intelectual general de nuestro país. Es un medio abierto a la participación, a través de los comentarios de los artículos, entrevistas, reseñas, etc., que son publicados cada lunes. El equipo de redactores al que pertenezco, y el Consejo Editorial apuestan por la calidad. En la sección de Humanidades, por ejemplo, en Antropología, Filología, Filosofía, Geografía e Historia escriben especialistas de España, Argentina, México, Colombia, Venezuela, Italia, Cuba.

La ventaja de este medio digital es su inmediatez, y sobre todo su conexión con las redes sociales. De este modo, su espíritu se proyecta sobre nuestro país y Latinoamérica, especialmente, pero teniendo en cuenta que sus entradas pueden ser leídas, en cualquier parte del mundo, por ejemplo, en Estados Unidos y Europa, y en los otros continentes del mundo. Los semanarios culturales en papel no llegan a tener una difusión tan universal al menos, potencialmente, a través de Internet.

En cambio, el Semanario Las nueve musas al publicar textos, que no sobrepasan una determinada extensión, hace posible que puedan ser leídos a través de los móviles y, no, únicamente, con tabletas y ordenadores. Lo que produce, sin duda, una mayor visibilidad de los contenidos de este medio cultural y artístico. Que son compartibles con más facilidad en las redes sociales con el mismo móvil.

Los enlaces con las webs de los autores y redactores de este semanario potencian la interacción con los lectores. Lo deseable es que el número de páginas visitadas cada día siga creciendo, para que la calidad de los contenidos sea más visible, al público lector interesado, que cada vez puede ser más numeroso.

Actualmente, a mi juicio, la clave es la visibilidad que puede ir creciendo, paulatinamente, con contenidos interesantes, variados, y de calidad. La variedad me parece esencial para que diversos tipos de lectores encuentren lo que prefieran leer, en cada momento. De esta manera, la cultura que parece relegada a un segundo plano, de modo general, por las cadenas de televisión, puede resurgir en medios como el que estoy reseñando.

En el campo de la Filosofía, en el que colaboro en este semanario con artículos dentro del rótulo de Humanidades, escribo sobre cuestiones que considero esenciales para una mejor comprensión del pensamiento de diversos filósofos a lo largo de la Historia hasta nuestros días.

Ante la embestida que están sufriendo las Humanidades en España este semanario aporta unos contenidos que revitalizan el juicio crítico, la reflexión, el análisis, la discusión razonada, el placer de la argumentación y el debate, y los valores éticos de la justicia, solidaridad, igualdad, compasión, empatía, etc.

Y además de esto, la cuidada composición de la edición digital con abundantes imágenes y colores y exquisito diseño proporciona una experiencia de lectura y visualización muy agradable a los lectores. Se nota el carácter artístico de este semanario, de un modo muy claro, evidente a la mirada.

Cabe esperar que la publicidad que ya aparece, de modo moderado, siga creciendo, de modo controlado, y sea el trampolín para un incremento masivo del número de lectores, lo que siempre es positivo para cualquier medio cultural y de comunicación.