En México, existen 182 sitios arqueológicos que develan la cultura, la tradición y la memoria de nuestros antepasados, pero en muchos de los casos son víctimas de abandono y falta interés por la población que habita cerca de estos recintos, así lo sugirió una investigación realizada por el Colegio de Michoacán (Colmich).
En opinión de la doctora María Antonieta Jiménez Izarraraz, la ciudadanía no da la importancia debida a los sitios arqueológicos y sólo ve un montón de piedras porque no ha sido informada sobre su importancia.
La hipótesis se basa en los resultados de su proyecto “Arqueología Comunitaria en Oconahua, Jalisco”, que se realizó en la zona arqueológica conocida como el Palacio de Ocomo en el municipio de Etzatlán, donde los entrevistados coincidieron tener una falta de conocimiento e interés por el patrimonio cultural que los rodea.
El sitio arqueológico Palacio de Ocomo es un recinto monumental, compuesto por cuatro plataformas que cierran un patio interior, construido en tres etapas, quizás cuatro, en un período que se estima comprendió de los años 600 al 700.
Con apoyo en herramientas de la antropología y cotejando con ejemplos de diversos casos en el interior de la República, se logró conocer la percepción y usos que la sociedad otorga al patrimonio arqueológico.
Destacó que tradicionalmente la protección del patrimonio arqueológico en México ha sido una labor estatal. Sin embargo, no bastan las leyes, los reglamentos ni las instituciones para realizar esta tarea.
La antropóloga adelantó que por medio de estos resultados se pretende divulgar el valor y el significado de los sitios y los materiales arqueológicos y de esta manera lograr enterar a la sociedad acerca de lo que tiene para que decida si quiere o no tomar postura en torno a su protección.
Consideró que también se debe buscar el modo de preservar esos espacios arqueológicos, pues si se les sabe cuidar, pueden resultar provechosos como atractivo turístico.
El patrimonio arqueológico comprende una serie de manifestaciones materiales e inmateriales, que construyen la cultura de las comunidades humanas y son protegidos a través de la creación de la Ley Federal para la Protección de Zonas y Monumentos Arqueológicos.
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