La Comisión Europea parece que sancionará a España y a otros 18 países por incumplir las normas de asilo de refugiados. Algo señalado también por ACNUR, porque no se respetan los plazos legales, y existe una congelación de los expedientes de asilo de muchos refugiados. En definitiva, que no se cumplen las normas de la UE al respecto, por parte de bastantes países europeos que están obligados a hacerlo.
Pero existen más incumplimientos, si se analizan los datos existentes, ya que según la Comisión, tampoco se respetan las leyes europeas de reconocimiento de refugiados, y las condiciones de acogida de los mismos. Y se percibe, claramente, otro desafío más profundo todavía, y es la actitud del gobierno británico anunciando que no aceptará a ninguno de los refugiados de esta crisis. Actitud intransigente, a mi juicio, y que no respeta los Derechos Humanos.
Ciertamente, estos países incumplidores de las normas comunitarias recibirán un escrito de requerimiento de la Comisión Europea. Y dispondrán de un par de meses para responder con sus alegaciones y explicaciones. Pueden ser acusados ante la Corte Europea, si no se ponen a aplicar ya la normativa mencionada anteriormente. Los gobiernos de los estados podrían alegar que están desbordados por la cantidad de personas que solicitan asilo, pero esto no puede servir de excusa, porque dedicando más medios se agilizarían los trámites legales y administrativos para cumplir la normativa europea. Y las leyes no admiten los pretextos y las evasivas. La cuestión parte también de un artículo de los Derechos Humanos que está siendo incumplido por los líderes de los estados europeos, y que dice: «En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en otros países».
La aportación o la ayuda de unos 1.000 millones de euros que van a recibir países cercanos a Siria: Líbano, Jordania y Turquía creo que no va ser suficiente para detener la avalancha de refugiados que quieren ir a Europa. Aunque, indudablemente, es positivo que se dote de mejor manera a los campos de refugiados, y se mejore la situación económica, en alguna medida, de estos países. Lo prioritario sería detener la guerra de Siria, y hacer frente al Estado Islámico a la vez, para poner fin a esta barbarie que están sufriendo millones de habitantes de esta zona del Oriente Próximo.
Otro asunto importante es la apertura de corredores humanitarios para que las personas que buscan asilo y refugio huyendo de la guerra y la violencia puedan alcanzar Alemania, y otros estados europeos, sin perecer en el intento, o sin sufrir penalidades. Según los datos que difunden los medios cada día están entrando en Europa alrededor de 4.000 o 6.000 refugiados, si estas cifras se mantienen en los próximos meses o años, los estados tendrán que tomar nuevas medidas, más eficaces, para resolver los problemas de los refugiados.
La cuestión de los refugiados es la punta del iceberg de la dramática situación de decenas de millones de ciudadanos perseguidos en el mundo, por numerosos conflictos armados. A esto se añade el hambre y la pobreza de unos 1.000 millones de personas en nuestro mundo.
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